Doctor Gatell, con gusto se lo volvemos a explicar: queremos salud

EL ARCÓN DE HIPATIA
Por. Saraí AGUILAR ARRIOZOLA

En el gobierno de primero los pobres, tal parece que es “siempre y cuando los pobres no pidan acceso a los servicios de salud”.

En México, el sector salud ha tenido históricamente carencias. Lo que hoy en día se vive es una catástrofe.

Con un 5.5% del PIB nacional destinado a este segmento, México se posiciona como uno de los países de la OCDE que menos invierten en salud, en proporción a su economía (Statista Research Department).

Esto es palpable. De acuerdo con lo publicado por Expansión Política en días pasados, las principales instituciones de salud del país dejaron sin surtir completamente 15.2 millones de recetas durante 2022, según reportó el Colectivo Cero Desabasto. Los datos se fundamentaron en información oficial de las instituciones sanitarias y se presentaron en el informe Radiografía del Abasto de Medicamentos en México 2022.

Ante ello, aun sin esperar nada, el otrora “rockstar”, el subsecretario de Salud, doctor Hugo López-Gatell, decidió que la mejor solución era “si la norma nos obliga…¡quitemos la norma!”.

El secretario de la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados, Éctor Ramírez Barba, del PAN, fue el primero en señalar en sus redes que “se anunció que quedan canceladas las normas oficiales para la atención del cáncer de mama, del cáncer cervicouterino, el fomento a la lactancia materna, la atención a la diabetes, entre otros temas. Se publicó el Suplemento del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2023, en el que el Comité de Normalización de la Salud, presidido por Hugo López-Gatell, decidió cancelar la NOM-041-SSA2-2011″.

López-Gatell aseguró que el sector Salud brinda atención médica integral sin que sea necesaria una NOM. Desestimó la cancelación de 35 Normas Oficiales Mexicanas, al señalar que en el mundo no existe otro país con tal cantidad de NOM.

Y tal vez no existiría la necesidad de tener tal cantidad de regulaciones en papel si en la vida diaria se diese el cumplimiento de proporcionar los servicios de salud.

Sería interesante saber si la prevención, cuidado y tratamientos de enfermedades, muchas de ellas catastróficas como el cáncer de mama, cérvico uterino, obesidad y diabetes, entre muchas más, están garantizadas… pero no por el discurso matutino.

Pues mientras que en el discurso público, el subsecretario sueña con Dinamarca, la realidad, literalmente, nos mata. El desabasto de medicamentos en hospitales públicos ha orillado a los pacientes a esperar durante meses -con la fatal consecuencia de perder la vida- o hasta endeudarse para conseguirlos. Esto lo documentó en días pasados Reforma con varios casos, entre ellos el de Manuel Cruz, esposo de Petra Inés Ramírez, de 63 años. Debido a las carencias en la farmacia del Hospital Regional 1 de octubre, del ISSSTE, así como de estudios, la pareja ha tenido que gastar cerca de 250 mil pesos en seis meses para atender un derrame cerebral que afectó a la señora.

Y antes que denuncie complot en entrevistas a modo hechas por moneros: no, señor doctor López-Gatell, ya se lo hemos dicho otras veces, pero con gusto se lo volvemos a explicar: queremos medicinas, queremos atención médica. No es un favor, es un derecho.

 

 

Columna publicada con la autorización de Saraí AGUILAR ARRIOZOLA