La corrupción, un obstáculo para el desarrollo

APUNTES PARA EL FUTURO
Por: Essaú LOPVI

La corrupción es un problema global que afecta a países de todas las regiones y niveles de desarrollo.

Además de su impacto en la moral y la confianza ciudadana, la corrupción tiene un costo económico significativo para un país. Este fenómeno socava la eficiencia y la equidad económica, obstaculizando el crecimiento, la inversión y generando desigualdades en la distribución de la riqueza.

La corrupción afecta negativamente la economía de un país y los pasos necesarios para combatir este fenómeno.

Uno de los efectos más perjudiciales de la corrupción es la pérdida de recursos económicos.

Los recursos públicos destinados a proyectos de infraestructura, servicios básicos, educación y salud a menudo se desvían hacia bolsillos privados debido a la corrupción. Cuando estos recursos podrían haber sido utilizados para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y fomentar el desarrollo económico.

La corrupción actúa como una barrera para la inversión extranjera directa. Las empresas extranjeras evitan invertir en países con altos niveles de corrupción debido a la incertidumbre jurídica, los sobornos y los obstáculos burocráticos que enfrentan.

Esta falta de inversión reduce las oportunidades de empleo, retrasa el crecimiento económico y dificulta la transferencia de conocimientos y tecnología. A largo plazo, esto deja al país rezagado en términos de competitividad y desarrollo.

La corrupción también distorsiona la competencia en los mercados. Cuando los funcionarios corruptos reciben sobornos para otorgar contratos o favorecer a ciertas empresas, se crean barreras artificiales para otras compañías que no están dispuestas a participar en prácticas corruptas.

Esto genera una economía desequilibrada, donde las empresas ineficientes pero corruptas pueden prosperar a expensas de aquellas que ofrecen mejores productos o servicios a precios competitivos. Como resultado, se desalienta la innovación y se reduce la calidad de los bienes y servicios disponibles en el mercado.

La corrupción erosiona la confianza ciudadana en las instituciones y el gobierno, lo que puede tener consecuencias económicas significativas.

Cuando los ciudadanos perciben que sus impuestos no se utilizan adecuadamente o que las oportunidades económicas están influenciadas por sobornos y conexiones, es más probable que evadan impuestos y participen en la economía informal.

Además, la falta de confianza en las instituciones desalienta la participación ciudadana y la colaboración con los esfuerzos de desarrollo, obstaculizando aún más el progreso económico.

De esta manera, la corrupción tiene un alto costo económico para un país. El desvío de recursos, el desincentivo a la inversión extranjera, la distorsión de la competencia y la desconfianza social son solo algunos de los efectos negativos que la corrupción puede tener en la economía de una nación.

Es fundamental que los gobiernos y la sociedad en su conjunto tomen medidas enérgicas para combatir la corrupción, fortaleciendo las instituciones, promoviendo la transparencia y aplicando leyes y regulaciones más estrictas. Solo mediante un esfuerzo conjunto y sostenido será posible reducir el costo económico de la corrupción y avanzar hacia un desarrollo sostenible y equitativo.

En en la última década se había avanzado en México en una política de transparencia gubernamental con el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales y los propios organismos estatales autónomos de transparencia. Incluso en la creación de las Fiscalías Especializadas Anticorrupción, pero poco a poco se ha visto mermada toda esta labor.

Como ejemplo: podemos ver fiscalías estatales que en lo constitucional no pero el lo moral sí dependen del los Ejecutivos estatales, donde solo se investigan casos de corrupción de manera selectiva y a beneficio político del poder en turno. Poco a poco vemos el avance del poder en turno sobre los organismos públicos de transparencia. Cada vez es menos el ejercicio individual de los gobiernos para transparentar pese al andamiaje legal, porque no hay consecuencias y quienes están del lado del poder no soy investigados.

La polarización y el ataque sistemático a quien exige transparencia ahora es la constante y esto ha comenzado a debilitar en lo social y gubernamental el ejercicio de transparencia y esto podría significar un retroceso en la lucha contra la corrupción que tanto ha costado a este país.