¿QUÉ VIENE?
Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
Probablemente una de las frases que han marcado a varias generaciones en nuestro país es “el dos de octubre no se olvida”.
El encontronazo que vivieron las juventudes de esa época con el establishment y la intención de cambiar el rumbo, en varias latitudes del mundo y particularmente en México, reconfiguraron las reglas de relación entre la ciudadanía y la autoridad.
Dejando a un lado conspiraciones, ideologías, motivos y consecuencias, la Matanza de Tlatelolco es una de esas cicatrices queloides que se notan, incomodan y duelen.
Protagonistas y testigos han coincidido, cuando relatan ese momento, en el horror, la incredulidad y el profundo desprecio que quedó en la memoria colectiva de ese aquelarre.
Ensayos, novelas, filmes, obras de teatro, canciones, documentales y demás no han sido suficientes como terapia para superar ese momento. Año con año el subconsciente popular grita, más por necesidad que por entusiasmo, que esta fecha y su memoria, tienen que aflorar para evitar que algo así se vuelva a repetir.
Y me pregunto cómo los vivientes hoy haremos para que los acontecimientos actuales, pidiéndole a Dios, no nos sean indiferentes.
Feminicidios, desaparecidos, homicidios violentos, abuso infantil, trata, crisis migrante, extorsión y caos no pueden quedar como anécdotas.
Hay una responsabilidad y se tiene que asumir. Hay que desgañitarse y a los cuatro vientos anunciar que nada de esto debe olvidarse.
Quiso trascender, transformar y que las crónicas en el tiempo plasmaran su nombre. Creo que lo ha conseguido. Seguro estoy que de él hablará la HISTORIA.
MICROCUENTO.
Presión frontal. Sensación de asfixia. Abotargamiento y desesperación. Hasta los pensamientos se atoran. Pinches mocos me hartan.