Por Balvanero Balderrama García balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
La radio universitaria suena. De diversas formas, con distintos contenidos, en todo momento.
Este puente comunicacional que vincula los quehaceres universitarios con su propia comunidad tiene una repercusión importante-pertinente con la sociedad en general.
Para todas las personas que puedan tener acceso a un aparato de radio tradicional -en casa, el auto- o desde un dispositivo con acceso a la red, la información que de esas frecuencias proviene, proporciona información verificada, revisada y con un tratamiento que tiene en cuenta los derechos de las audiencias.
De no ser de esa forma, tienen la opción de acudir a la Defensoría de las Audiencias de la propia emisora para, de ser el caso, presentar su inconformidad.
En caso de algún desastre, las radios en general, y las radios universitarias en particular, son los medios de comunicación que siguen al aire, orientando, informando, acompañando. Es el caso de Universo, en nuestro entorno geográfico.
La pandemia por Covid-19, los distintos sismos y huracanes, son ejemplos de la vinculación entre radio-sociedad que permite transitar por la emergencia teniendo los menos daños, sobre todo en pérdidas de vidas, posibles.
El 5 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Radio Universitaria, este año el lema es, precisamente: cuando todo lo demás falla, la radio universitaria habla.
Son coadyuvantes naturales de los Sistemas de Protección Civil (nacionales, estatales). Solo un dato, en el 2022 estos sistemas atendieron más de 47 eventos en el país, entre sismos, inundaciones, incendios (INEGI,2023).
Este compromiso de quienes hacen radio desde las universidades es palpable, la pasión por comunicar se percibe en la labor desempeñada, aunque no siempre tienen todos los recursos, el personal o la infraestructura necesaria.
En nuestro país la asociación que agrupa las emisoras universitarias es la Red de Radios Universitarias de México (RRUM), desde donde coordinan acciones conjuntas, fortalecedoras de su misión y visión.
Como audiencias, hay que apropiarnos de las radios universitarias, opinar sobre los contenidos, participar sugiriendo, estableciendo comunicación por los distintos medios que ahora se ofrecen. De estas vinculaciones pueden fortalecerse barras programáticas que atiendan las necesidades comunicacionales de las universidades y también las necesidades de quienes las escuchan.
Y como ya hemos comentado en alguna otra ocasión: ¡que vivan las radios universitarias !
