El Museo del Prado presentó hoy las conclusiones del estudio técnico y la restauración de la copia de la Gioconda que conserva en sus colecciones desde su fundación, lo que será un apoyo más para comprender la pintura de Leonardo da Vinci.
El director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, Gabriele Finaldi, destacó que tras la restauración, la copia de la Gioconda del Museo del Prado recuperó totalmente su aspecto original y el estudio ha demostrado que no es una copia posterior.
«Es un cuadro que se pintó a la vez. Se trata de una ejecución paralela, una ejecución sincrónica, y se hizo en un caballete frente al que Leonardo da Vinci pintó la Gioconda que se encuentra en el Museo del Louvre», dijo.
«El cuadro del Museo del Prado ofrece pistas para un mejor conocimiento del que está en el Louvre, ya que éste se encuentra dentro de una vitrina y además tiene ya varias capas de barniz oxidado», dijo.
Procedente de las colecciones reales españolas, aunque aún se desconoce la forma y fecha de su ingreso en las mismas, la copia de la Gioconda del Museo del Prado fue sometida a un estudio técnico y restauración con motivo de la solicitud del Louvre, hace dos años.
Esto a fin de que participe en la exposición que inaugurará en su sede esta pinacoteca francesa, en marzo próximo: «L»ultime chef- d»œuvre de Léonard de Vinci, la Sainte Anne» (29 marzo-25 junio 2012).
Gracias a este proceso que ha permitido recuperar la imagen original del cuadro del Prado, éste se sitúa como uno de los testimonios más representativos del taller de Da Vinci.
El cuadro se desvelado como obra de alguno de los discípulos del gran maestro florentino que trabajaban en su taller al mismo tiempo que éste pintaba la original.
Por esta razón, la obra del Prado se considera ahora la versión más importante, conocida hasta el momento, de la emblemática pintura de Leonardo da Vinci conservada en el museo parisino.
En rueda de prensa en el Museo del Prado, la investigadora del gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado, Ana González Mozo y la restauradora de pintura del Museo del Prado, Almudena Sánchez explicaron el proceso de la copia de la Gioconda del Museo del Prado.
El estudio técnico realizado ha sido el habitual e incluye reflectografía infrarroja, radiografía, fluorescencia inducida con luz ultravioleta y examen con lupa binocular.
Una de las aportaciones de interés que avalan también las conclusiones alcanzadas durante estos estudios, realizados para conocer cómo se pintó y determinar su estado de conservación, fue la identificación del soporte de esta obra como tabla de nogal.
Esta es la madera habitual en obras de pequeño formato de Leonardo da Vinci y su taller y utilizada, entre otras, en «La Dama del Armiño», «La Belle Ferronière» o «San Juan Bautista».
Se pudo constatar además que la pintura carece de la tradicional preparación de yeso, sustituida en su caso por una doble capa compuesta por blanco de plomo y aceite de lino, un tipo de preparación que, siendo inusual, aparece en numerosas obras de Da Vinci y su taller.
La reflectografía infrarroja y el examen de la superficie con luz rasante descubrieron la existencia de un paisaje bajo el fondo negro.
Los análisis químicos concluyeron que este fondo se trataba de un repinte no anterior a 1750 y que existía una capa orgánica que lo aislaba físicamente de la pintura original, preservando su óptima conservación.
A pesar de su diferente calidad pictórica respecto a la original, el paisaje recobrado es acorde con el cromatismo y las formas evanescentes de los escenarios de Leonardo da Vinci.