Lo que México necesita para hacer frente a problemas como la delincuencia organizada es un rescate del tejido social, y los jóvenes universitarios, por el lugar privilegiado que ocupan, tienen un papel importante en la construcción de un nuevo país, señaló el General de División Diplomado de Estado Mayor y Comandante de la V Región Militar, Genaro Fausto Lozano Espinosa en su conferencia “La misión del ejército”, impartida ante estudiantes, académicos y funcionarios en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Colima.
Las funciones del ejército, dijo, son cinco: la defensa de la independencia, integridad y soberanía de la nación, garantizar la seguridad interior de la nación, auxiliar a las autoridades en caso de necesidades públicas, aportar en obras sociales que tiendan al desarrollo del país y auxiliar a la población en caso de desastre.
Sobre la participación del ejército en la lucha contra el crimen organizado señaló que la Fracción sexta del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consigna como una facultad del Presidente de la República garantizar la seguridad interior y defensa exterior del país, para lo cual podrá emplear a las fuerzas armadas de tierra, mar y aire, es decir el ejército, la marina y la fuerza aérea.
En este sentido, añadió, el presidente, en uso de sus facultades, le ordenó a las fuerzas armadas actuar frontalmente contra el narcotráfico y la delincuencia organizada desde el inicio de su sexenio.
Tras asegurar que no existe en el país otra fuerza más preparada que el ejército mexicano para enfrentar a la delincuencia organizada, Lozano Espinosa añadió que en su experiencia recorriendo el país, ha observado con detenimiento el fenómeno del consumo de drogas y las estadísticas que hablan de 400 mil adictos y 2 millones de consumidores no reflejan lo que está pasando en nuestra sociedades, pues el problema es aún mayor, enfatizó.
Para él, la solución al problema del crimen organizado no es militar, policíaca o judicial, ya que este tipo de acciones no son finales ni permanentes sino sólo para acotar el fenómeno y que no cause tanto daño al tejido social. El tema, dijo, “es más profundo y de raíz, porque tiene que ver con nuestra idiosincrasia como mexicanos, un carácter particular en el que nos falta ser más solidarios y menos indolentes ante los problemas que nos aquejan”.
“Lo que le hace falta al país –añadió– es un gran movimiento de transformación de la sociedad, y en esto todos tenemos algo que ver; desde el diseño de las políticas públicas adecuadas para lograr estos fines, hasta la suma de los liderazgos políticos y empresariales, sociales, religiosos y académicos; todos los liderazgos tienen que participar para generar sinergias”.
Cuando la sociedad en conjunto se decide a actuar, aseguró Genaro Lozano, es cuando se producen los grandes cambios culturales, y “aspiramos todos a que se dé un movimiento pacífico para el tránsito a un desarrollo cultural mucho más amplio”.
Si como sociedad no empezamos a hacer algo por generar este cambio y resolver los graves problemas que degradan al país, preguntó, “¿quién más va resolverlos? ¿Esperamos que venga alguien de afuera para hacerlo pisoteando nuestra soberanía y libertad? Recordemos que esto ya ocurrió en países como Panamá, ante la arrogancia de las grandes potencias mundiales, que suelen hacer este tipo de actos. Tenemos que preservar nuestra identidad nacional, nuestra soberanía y libertad, haciendo lo necesario para desarrollarnos y crecer”.
En otro orden de ideas, el militar puntualizó que actualmente las pandillas son “un fenómeno social creciente y que no tiene atención en este país”, pues no hay políticas públicas ni organizaciones sociales que se ocupen de ellas, “no hay estudios serios en este país para atender el problema de las pandillas”. Sin embargo, explicó, son el caldo de cultivo en México para el crimen organizado, ya que de ahí se alimentan sicarios, halcones y narcomenudistas, y es un tema que está olvidado. “En el rescate del tejido social es necesaria una política pública que atienda específicamente el tema de las pandillas”.
Al responder preguntas del público, Lozano Espinosa dijo a un cuestionamiento sobre el tema de derechos humanos, que uno de los emblemas más importantes para el ejército es la constitución y que ante la reforma a 10 artículos de la carta magna, donde se insertaron los temas referentes a derechos humanos, el ejército no se puede permitir la violación de un derecho constitucional.
«En el ejército existe toda una cultura en materia de derechos humanos; desde 1995 tenemos una escuela que forma profesores en derechos humanos, nuestra gente se va a capacitar a Estados Unidos y Canadá en Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos. Es una materia que está en todas las escuelas militares y en todas las áreas de adiestramiento militar y necesaria para ascender al grado inmediato superior», añadió.
En breve intervención, el rector de la Universidad de Colima, Miguel Ángel Aguayo López externó su beneplácito por contar esa mañana con la presencia del General Genaro Fausto Lozano en el marco de los festejos por el 99 aniversario de la fundación del Ejército Mexicano y el 90 aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana, y añadió que si existen en el país tres instituciones que tienen reconocida confianza por parte de la sociedad son la familia, el ejército y la universidad. «Es un orgullo tener este día a un representante de las fuerzas armadas y que nos hable de cuáles son las funciones del ejército, que ha sido un pilar en esta crisis de violencia, pero que sin duda hace mucho más».
Asistieron también el Secretario General de Gobierno del Estado, René Rodríguez Alcaraz en representación del gobernador Mario Anguiano Moreno; el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Adolfo Domínguez Martínez, Comandante de la XX Zona Militar de Colima y la Directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Vianey Amezcua Barajas.{jathumbnail off}
