• Observar las instrucciones de mantenimiento del coche y revisar periódicamente el nivel de aceite. Así obtendrá más rendimiento de su vehículo y reducirá las emisiones de CO2.
• Revisar la presión de los neumáticos todos los meses ( ¿cuándo fue la última vez? ). Los neumáticos con una presión inferior a la adecuada pueden aumentar el consumo hasta un 4%.
• Retirar peso innecesario del maletero o los asientos traseros. Cuanto más cargado vaya el coche, más tendrá que trabajar el motor y más gasolina consumirá.
• Cerrar las ventanillas, especialmente cuando circule a alta velocidad y retire el portaequipajes cuando esté vacío. Así se reduce la resistencia al aire y se puede disminuir el consumo y las emisiones de CO2 hasta un 10%.
• Utilizar el aire acondicionado sólo cuando sea necesario. ( ¿sin aire y con las ventanillas altas?). El uso excesivo aumenta el consumo y emisiones hasta un 5%.
• Iniciar la marcha nada más arrancar el motor y apagarlo cuando se está detenido más de 1 minuto. Los motores modernos están diseñados para ser más eficientes cuando el conductor comienza el trayecto nada más arrancar el vehículo. (¿Será así? Tendré que consultar con Motorpasión)
• Conducir a velocidades razonables y con suavidad. Cada vez que se acelera o frena bruscamente, el motor consume más carburante y produce más CO2.
• Subir de marcha lo antes posible. En las marchas largas (4ª, 5ª o 6ª) es cuando menos se consume.
• Tratar de anticiparse al tráfico. Mantener siempre una distancia razonable con respecto a otros vehículos para disponer de un amplio campo visual sobre la circulación y así evitar frenazos y aceleraciones innecesarias. (¿ Para qué te apuras si tienes un semáforo rojo a 200 metros? )
{jathumbnail off}