COLIMA.- Dulce Gabriela Anguiano Velasco hace honor a su nombre, en su mirada se puede percibir esa sensación agradable y suave, si no hubiera huellas visibles del desafío que ahora enfrenta, sería como cualquier jovencita adolescente, llena de ilusiones y sueños.
Ataviada en un traje emblemático militar, tela camuflada, gorra, guerrera, pantalón y botas, Dulce salió de los dormitorios para dirigirse a la explanada de la 20 Zona Militar de Colima, donde los contingentes militares la esperaban al mando del Coronel de Infantería Benito Hilario García Vázquez, comandante del 29 Batallón de Infantería.
También estaba presente su familia, su mamá Claudia y la Doctora en Psicología, Eunice Melgoza Cárdenas, de la organización «Abrazos que dan vida».
Se le entregó una placa, un reconocimiento en el que se le distingue como Soldado Por Un Día, destacando el valor que Dulce tiene al enfrentar un tratamiento contra el cáncer.
Se izó la bandera, hubo honores, el canto del Himno Nacional, todos los protocolos, las solemnidad que el hecho requiere, pero también el apapacho de los soldados para esta jovencita.
Este evento también incluyó el desayuno, porque los soldados tienen que ser fuertes de espíritu, pero también físicamente, por lo que el menú incluyó jugo, fruta, chilaquiles y tacos tuxpeños, y no podía faltar el café con el pan dulce.
Luego vino un recorrido por las instalaciones a bordo de una camioneta; también las explicaciones del armamento y los equipos que utilizan; una demostración de los binomios caninos, el entrenamiento que tienen para detectar explosivos entre otras cosas.
Finalmente Dulce recibió regalos, concluyendo así una mañana diferente, en la que conoció el trabajo que hacen quienes también enfrentan retos día a día, uniformados con camuflaje, pero con la piel impregnada de orgullo por servir a su patria.
Soldado por un día
Dulce goza de la experiencia de ser Soldado por un día. Divertida y entretenida, así califica la deferencia que el Ejército Mexicano le hizo; con una sonrisa en sus labios y un brillo de felicidad que asoma a sus ojos dice: Me gustó mucho.
Ya había acudido a la 20 Zona Militar con su madrina y su tío, pero no con esta exclusividad que ahora tuvo.
Al preguntarle qué le parece lo que los militares hacen, consideró que es mucho trabajo, y muy difícil.
Tímida al hablar, Dulce reconoce que sintió muy bonito este reconocimiento, y que podría desempeñarse en esta institución en el área de enfermería.
Cursa el segundo semestre de la preparatoria, y le gustaría estudiar Veterinaria o Enfermería.
Las armas, fue una de las cosas que mencionó le llaman la atención, y señala de manera pícara que le gustaría disparar una de las que pueden usarse contra autos blindados.
La vida sorprende
La vida siempre nos sorprende, calificar los eventos como buenos o malos sería muy burdo, porque siempre hay matices, nos ocurren cosas pero… hay dos caras en la moneda.
La experiencia de enfrentar una enfermedad de cáncer se asemeja a un desafiante viaje de vida, una travesía que pone a prueba la fortaleza del espíritu y la determinación.
En lugar de verla únicamente como una batalla contra las células malignas, se puede considerar como un reto transformador que requiere valentía y resistencia.
Cada día se convierte en una oportunidad para descubrir la resiliencia que reside dentro de uno mismo, para aprender lecciones de paciencia y gratitud, para encontrar el apoyo y amor incondicional de aquellos que nos rodean.
Aunque el camino puede ser empinado y difícil, también brinda la ocasión de redefinir prioridades, apreciar la vida en su máxima expresión y descubrir la belleza en la lucha diaria.
Claudia señala que Dulce le ha enseñado a ser fuerte, reconoce que no es algo fácil enfrentar esta enfermedad, sobre todo porque como madre no se quiere que los hijos sufran.
«Son etapas difíciles, pero que con la ayuda de Dios, con la fe, con la esperanza, el apoyo que brindan doctores, enfermeras, que para nosotros es muy especial, porque no nos hacen sentir solos, son nuestra segunda familia; nos hacen este proceso, este camino tan difícil que llevamos, no lo hacen un poquito más liviano».
«A pesar de que los tratamientos son muy desgastantes, como papás nos sentimos cobijados, porque nos dan la confianza, nos sentimos arropados, porque no es un proceso fácil; ella es una adolescente y sabe perfectamente bien por lo que está pasando y lo ha recibido de muy buen… cómo decirlo, siempre ha estado fuerte, se puede decir más fuerte que yo», comentó entre lágrimas Claudia.
Dice que Dulce le ha enseñado mucho, madurez, fuerza, valentía en toma de decisiones, como fue el hecho de aceptar cortarse el cabello aún cuando era algo muy preciado para ella.
Al verla vestida con el uniforme militar, Claudia se siente orgullosa de su hija, orgullosa de ser mexicana.
«La miro y siento que se me ensancha el corazón, orgullosa de ella, orgullosa de ser mexicana y de sentirme rodeada de todas las personas que nos apoyan, este proceso es difícil, pero no nos han dejado solos, y yo estoy muy agradecida con eso».
Las puertas abiertas para ayudar
El Coronel de Infantería Benito Hilario García Vázquez, comandante del 29 Batallón de Infantería con sede en Colima, se mostró complacido por tener a Dulce como compañera, al ser Soldado por un día; una digna compañera a la cual ayudaron a cumplir un sueño.
«(El arropamiento) es hacia Dulce y hacia otros compañeros que han tenido la oportunidad de ser Soldados por un día. La idea es que comprendan no solamente ellos o ellas, sino la sociedad en general que el Ejército es humano, somos gente del pueblo y lo que buscamos es siempre ayudar a las personas».
El comandante del 29 Batallón de Infantería dijo que las puertas están abiertas para quien tenga una necesidad, ellos están dispuestos para ayudar.
García Vázquez se dijo orgulloso de «sus muchachos» por la demostración que hicieron de lo que día a día llevan a cabo en sus funciones.
«Dulce ya tiene un lugar con nosotros de manera permanente», aseveró el coronel.
«Ahorita es honoraria por un día, pero si después, mas adelante pudiera con gusto la vamos a recibir a seguir portando con orgullo los colores del Ejército», agregó.
Cumplir sueños
La Doctora en Psicología, Eunice Melgoza Cárdenas, de la organización «Abrazos que dan vida», refiere que esto surgió como parte de un proyecto escolar de un niño, invitando a diversas instituciones y haciendo mancuerna con los militares para cumplir estos sueños.
«Tenemos ya mas de año y medio siendo parte de ellos, colaborando en Soldados por un día. Es un sueño hecho realidad, porque muchas veces cuando nosotros preguntamos a los niños cuál es el sueño que ellos quisieran realizar, responden que médico, soldados, bomberos, policías; entonces tratamos nosotros de lograr ese sueño para los niños».
Conseguir este sueño para quienes están atravesando por una adversidad, requiere de la conjunción de muchos esfuerzos, que Abrazos que dan vida se da a la tarea de buscar.
«Estamos maravillados porque podemos conocerlos a ellos (militares) de diferente manera, no nada más como los vemos en la calle, arriba de las patrullas; acá tenemos el contacto directo con ellos y nos damos cuenta del valor que como ser humano tienen».
La sonrisa de quienes son Soldados por un día es el mejor pago para todos, genera satisfacción lograr que se olviden por momentos de su padecimiento y enfermedad, que se den cuenta de lo que pueden disfrutar, «estar libres de ese problema por un rato al menos».
Abrazos que dan vida están en Facebook con este nombre o se les puede contactar a través de la psicóloga Eunice en el número telefónico 312 94 38727.
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