EL ARCÓN DE HIPATIA
Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA
Primero fuimos por las vacaciones dignas, y hoy llega la Ley Silla. Empleados de zapaterías, cajeros y guardias de seguridad son algunas de las ocupaciones en las que se está obligado a permanecer de pie durante horas para preservar “la imagen” de las empresas.
En el cuidado de dicha imagen, los empleados deben de desquitar el salario sin ser dignos de un descanso en una silla con respaldo. Hoy es ley que la salud debe de imponerse ante las ideas de que los empleados de mostrador, entre otros, no son merecedores de descanso ni de sentirse extenuados.
El dictamen –aprobado con 82 votos a favor y cero en contra por el Senado– busca mejorar las condiciones de salud de los trabajadores que se veían afectados por este precepto arcaico y clasista.
Cabe resaltar que México llevaba un atraso notable en este tema. Países de América Latina tienen legislaciones similares a la “ley silla” desde hace más de 100 años. Chile logró en 1914 garantizar el derecho a un asiento durante la jornada laboral para diversos empleados, mientras que la ley argentina estableció en 1935 que los establecimientos comerciales deben estar provistos de un asiento con respaldo para cada empleado. A nivel internacional la Organización Mundial del Trabajo tiene una posición establecida en contra de que los trabajadores pasen toda la jornada de pie, e incluso en México, la Ley Federal del Trabajo en su artículo 132 fracción V señala que las empresas están obligadas a mantener el número suficiente de asientos o sillas a disposición de los trabajadores en las casas comerciales, oficinas, hoteles, restaurantes y otros centros de trabajo. Algo que no se cumplía y se busca vigilar con esta ley, cuya propuesta fue iniciativa de la senadora Patricia Mercado.
Lo que llama la atención es que si bien podría considerarse un tema que no debería generar más controversia al ser algo muy pequeño que debe proporcionar la empresa, es de inquietar que hubiese reacciones negativas en redes. ¿En qué puede afectar que empleados tengan condiciones dignas?
Todo parte de la precarización de ciertas posiciones laborales, las cuales, aparte tienen cara de mujer. La consultora Alma Paz, dijo en entrevista con El País: “Las mujeres son las que tienen los trabajos más precarizados y son los que a su vez tienen más violaciones a los derechos de las trabajadoras. Incluso hay mujeres embarazadas trabajando en esas condiciones. Es importante tener esa perspectiva de género. Si tú haces un pequeño sondeo en centros comerciales, te darás cuenta de que son muchas más mujeres cajeras, recepcionistas y hostess. En los restaurantes, la mayoría de las mujeres meseras tienen que usar tacones de al menos cuatro centímetros”.
Al parecer, la discriminación y las malas condiciones de trabajo son asociadas a los empleos asignados por estereotipo a mujeres. Hoy la Ley Silla está a punto de ser una realidad –esperemos que pase rápido por la Cámara de Diputados–, pero no nos podemos quedar sentadas esperando la igualdad y trabajos dignos. En eso sí toca trabajar sin descanso hasta que sea una realidad para todas.
Columna publicada con la autorización de Saraí AGUILAR ARRIOZOLA