TECOMÁN.- «Para nosotros la sal es un producto de primera necesidad, si no hay sal en las comidas, no hay sabor», así describe Luis Miguel Ramos Lugo, Presidente de la Sociedad Cooperativa de Salineros de Colima, la importancia del trabajo que ellos realizan para que estos granos cristalinos lleguen a las mesas de todas las familias.

Los integrantes de la Sociedad Cooperativa de Salineros de Colima, «Los artesanos de la sal», como ellos se denominan, lograron la meta de producción al reunir casi 38 mil toneladas de este producto, en la zafra del 2024 que acaba de concluir; así lo dio a conocer su presidente, quien señaló que ahora se enfocarán en la comercialización y preservación de lo que para ellos es más que un trabajo, ya que lo consideran un artesanía y una tradición.

En esta temporada, los salineros han trabajado arduamente para alcanzar sus metas de producción, nos comenta el presidente de la cooperativa, quien destaca que aunque la meta establecida era de 40 mil toneladas de sal y lograron producir alrededor de 38 mil, están satisfechos porque lo hicieron en menos tiempo.

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«Esta cifra es ligeramente menor a la esperada, pero se equipara con la producción de la zafra pasada, la del 2023», dijo en entrevista exclusiva con AFmedios.

Ramos Lugo destacó varios desafíos que la cooperativa enfrentó en esta temporada. Uno de los principales fue el recorte en el tiempo disponible para la recolección de sal, lo cual afectó la producción. A pesar de esto, no hubo lluvias, lo que permitió que el trabajo continuara sin interrupciones significativas.

Además, mencionó que la cooperativa tuvo que alquilar un manipulador para manejar la sal, causando un retraso de casi 20 días en sus tiempos de trabajo, debido que estaban a expensas de los horarios de la empresa de alquiler.

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Refirió que el gobierno les ha brindado apoyo en estudios de impacto de suelo y topografía, sin embargo la cooperativa necesita renovar su parque vehicular, incluyendo retroexcavadoras, envasadoras y un manipulador propio, para no depender de externos.

Estima que la inversión necesaria para contar con este equipo que les sería de gran ayuda, oscila entre los 7 y 10 millones de pesos, siendo lo deseable que las autoridades gubernamentales los apoyaran.

En cuanto a la comercialización, la cooperativa ha trabajado arduamente para difundir su producto a través de redes sociales y contacto directo con los clientes.

«Gracias a estos esfuerzos, hemos logrado vender un promedio de mil toneladas por semana. La producción de la zafra 2023 está casi vendida, con solo unas 5 mil toneladas restantes, que esperamos vender en el próximo mes», aseguró el presidente de la Cooperativa.

Mencionó que la sal que ellos producen se distribuye en varias partes de la República Mexicana, principalmente en las entidades de Jalisco, Michoacán, León, Zacatecas, la Ciudad de México y por supuesto Colima.

Aunque la cooperativa ha tenido algunos clientes en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, la venta en grandes volúmenes ha sido un desafío. No obstante, han logrado exportar en presentaciones más pequeñas, como costalitos de regalo.

Ramos Lugo explica que, por el momento, no han podido exportar grandes volúmenes debido a restricciones y desafíos logísticos, pero continúan buscando oportunidades para expandir su mercado.

Preservar la tradición

La cooperativa también se esfuerza por mantener vivas las tradiciones salineras. Recientemente, recrearon un pozo artesanal para mostrar cómo se producía la sal antiguamente y compararla con el proceso actual.

Esta iniciativa tiene como objetivo difundir estas prácticas en un documental, ya que la cooperativa se prepara para celebrar sus 100 años de existencia.

Las visitas guiadas al pozo artesanal son otra manera de darse a conocer; estas ya han concluido al finalizar la zafra, pero esperan continuar con estas actividades en la próxima temporada.

«El documental incluirá testimonios de los socios más antiguos, quienes compartirán sus experiencias y conocimientos sobre los métodos tradicionales de producción de sal», informó Ramos Lugo, destacando la importancia social y económica de esta actividad para el estado.

La cooperativa de salineros incluye a 190 socios y genera empleo para cerca de 500 familias, dependiendo de la producción de sal. Trabajan aproximadamente en mil 700 a mil 800 hectáreas de terreno en la parte alta del vaso 4 de la Laguna de Cuyutlán.

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«Esta actividad es vital para la economía local y el sustento de muchas familias en la región», aseveró.

Precios y competencia en el mercado

El precio de la tonelada de sal actualmente es de 2 mil 400 pesos, lo cual consideran bajo en comparación con el esfuerzo y la calidad de su producto.

Ramos Lugo enfatiza que la sal de su cooperativa es de alta calidad y cien por ciento natural, diferenciándose de la sal de mina, que no se disuelve tan rápido y no es tan pura.

La sal producida por la cooperativa se distingue por su rápida disolución y su producción artesanal, lo que la hace más saludable y natural.

Expectativas y futuro de la cooperativa

Para la próxima temporada, esperan empezar a mediados de febrero para aumentar la producción. Están optimistas sobre las ventas y esperan mantener o superar los niveles de este año.

La cooperativa continúa trabajando en posicionar y promocionar su producto, para seguir creciendo y llevando sal a más mercados. Esperan que la próxima zafra sea igual de buena o mejor en términos de producción y ventas.

Miguel Ramos agradeció el espacio para difundir su labor y resaltó la importancia de la sal como un producto esencial.

«Gracias a Dios, fue una zafra buena», concluyó.

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