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Por: Rubén Pérez Anguiano*
- Una propuesta poco advertida del paquete presentado por Claudia Sheinbaum es la prohibición de la reelección inmediata de legisladores y alcaldes. La propuesta no parece ser del conocimiento público ni alienta hasta el momento debates significativos, pero tiene su importancia y sus efectos hacia el futuro.
- La reelección inmediata de legisladores y alcaldes fue promovida hace pocos años y encontró justificación como una medida democrática. Después de todo, se consideró democrático que la sociedad contara con la facultad de votar por un alcalde o un legislador (o una alcaldesa o legisladora) que realizara un buen trabajo durante su gestión. Claro, tales argumentos podrían utilizarse para los casos de gobernadores o incluso del propio presidente de la República, pero no se llegó a esos extremos.
- Suena lógico, en efecto: un presidente municipal o un legislador puede esforzarse por cumplir bien con sus responsabilidades, sabiendo que eso le permitirá someterse con éxito al refrendo social. Al contrario, sin la posibilidad de la reelección inmediata el alcalde o legislador puede sentirse apartado de su responsabilidad social, pues a final de cuentas no será sancionado por el voto popular al término de su encomienda (perdón la insistencia, pero si a ésas vamos podríamos decir lo mismo de gobernadores o del propio líder nacional… pero, en fin, detengámonos allí).
- Sin embargo, podemos encontrar argumentos a favor o en contra con la misma facilidad. Puede decirse, por ejemplo, que la voluntad por hacer un buen trabajo administrativo o legislativo corresponde a la personalidad del alcalde o legislador. Habrá quien cumpla con esmero su responsabilidad sin importar la perspectiva de una reelección inmediata.
- También puede decirse que la dichosa reelección representaría un estímulo para volver más burdo el trabajo administrativo o legislativo, Por ejemplo, un alcalde o una alcaldesa puede dedicar un alto porcentaje de su presupuesto al reparto de becas, estímulos en efectivo o dádivas en general en el afán de garantizar clientelas que representen un activo electoral inmediato. De igual forma, un legislador puede invertir más en la difusión de su imagen personal o adoptar una posición a favor de medidas bulliciosas en el afán de congraciarse con sus potenciales electores. Eso se hace o puede hacerse en todos los niveles de gobierno, claro está.
- Se argumenta, también, que la reelección inmediata de munícipes promueve políticas de largo alcance, con una planeación que supera los estrechos límites de tres años de una administración. En el caso de diputados la reelección favorece el profesionalismo y la profundidad del trabajo legislativo, así como (teóricamente) su independencia frente a otros poderes, pero tal y como se acredita en estos apuntes podemos encontrar argumentos favorables o desfavorables para la reelección sin mayor problema.
- Algo adicional debe comentarse: el tema de la reelección del presidente Andrés Manuel fue muy comentada en los últimos años, a pesar de que el propio presidente lo negó en repetidas ocasiones. El hecho de que la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, presente una iniciativa para impedir la reelección inmediata de legisladores y alcaldes indica que, al menos, tiene muy presente a la no reelección como una clave de su gobierno. No sé para ustedes, pero yo prefiero que desde este momento se aliente la no reelección que la reelección hacia los siguientes años.
*Rubén Pérez Anguiano, colimense de 56 años, fue secretario de Cultura, Desarrollo Social y General de Gobierno en cuatro administraciones estatales. Ganó certámenes nacionales de oratoria, artículo de fondo, ensayo y fue Mención Honorífica del Premio Nacional de la Juventud en 1987. Tiene publicaciones antológicas de literatura policiaca y letras colimenses, así como un libro de aforismos.