Guanajuato, Guanajuato.- El presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, despidió este lunes al Papa Benedicto XVI al concluir la visita pastoral que realizó al país desde el viernes pasado.
En el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, ubicado en el municipio de Silao, el titular del Ejecutivo federal cierra así la primera visita del obispo de Roma al país, en la que se encontró con cardenales de México y Latinoamérica, con víctimas de la violencia, y recibió la solidaridad y el cariño de feligreses de toda la nación.
«Han sido tres días de intensa emoción, en los que se han encontrado el profundo pensamiento y el afecto de un líder espiritual, con la entrega de un pueblo que expresa su fe en plena libertad. Al recibir a su Santidad, la mexicanas y los mexicanos, lo hemos hecho con profunda alegría y con lo mejor de nuestra hospitalidad, ha sido memorable la manera en que cientos de miles de personas, especialmente jóvenes han manifestado su júbilo, en las calles, en las plazas», refirió el mandatario nacional.
El presidente Calderón estuvo acompañado por su esposa, Margarita Zavala, e integrantes de su gabinete en la ceremonia de despedida a Benedicto XVI, previo a que abordara el avión de Alitalia que lo llevó rumbo a La Habana, Cuba, para continuar con su agenda de trabajo pastoral.
«México nunca olvidará a su Santidad, México lo llevará a usted siempre en el alma. Su Santidad, llévese para siempre la sonrisas de nuestros niños, las porras de nuestros jóvenes, las innumerables muestras de afecto, de gratitud y de respeto de las que fue objeto a lo largo de sus recorridos y en cada uno de sus encuentros», expresó Calderón Hinojosa.
Y agregó, «coincidimos con usted en el anhelo de que en cada hogar se fortalezcan los valores de la familia, de respeto a la libertad y a la dignidad de la persona, de justicia, valores sin los cuales no es posible el bien común. A quedado también claro su mensaje, de que esos valores pueden evitar que los jóvenes caigan en la ambición del dinero fácil e ilimitado a través de caminos falsos, de violencia o de delincuencia».
En su oportunidad, el Papa dijo que su breve, pero intensa visita a México llegó a su fin, «pero no es el fin de mi afecto y cercanía a un país que vive muy dentro de mí. Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas. Agradezco las amables palabras que me ha dirigido el señor Presidente, así como lo mucho que las autoridades han hecho por este entrañable viaje».
Benedicto XVI reiteró el llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo, y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la «savia de sus propias raíces cristianas hagan florecer su presente y su futuro».
«También, he sido testigo de gestos de preocupación por diversos aspectos de la vida en este amado país, unos de más presente relieve y otros que provienen de más atrás, y que tantos desgarros siguen causando», expresó el jerarca católico.
Y señaló que «en estas circunstancias, aliento ardientemente a los católicos mexicanos, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos. Los invito a un esfuerzo solidario que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos».
El titular del Ejecutivo federal y el Papa Benedicto XVI concluyeron así una gira de trabajo que inició el viernes con la ceremonia de bienvenida, una reunión privada el sábado, la celebración de la solemne misa en el Parque Bicentenario, la celebración de las vísperas de la Semana Santa con los obispos de México y de América Latina en la catedral de León y la despedida.
«Esta es la juventud del Papa», «Que se quede», eran algunas de las frases que coreaban los jóvenes que acudieron a despedir al Papa.
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