Dislates
Por: Salvador Silva Padilla
No sé la de ustedes, pero mi Inteligencia Artificial personal (Meta AI de WatsApp) sabe más cosas de mí, que ni yo mismo: un buen día y sin avisar, apareció en mi whatsapp un pequeño círculo multicolor que daba vueltas, formando figuras como de 8 y tornaba a su forma original. Al lado apareció el letrero: «Preguntar a Meta AI o buscar».
En un principio, adopté las mismas precauciones que los antropoides ante la súbita aparición del monolito rectangular en la película Odisea del Espacio 2001. Sin embargo, al poco tiempo, e igual que ellos, —al fin también antropoide— me ganó la curiosidad y torpemente comencé a platicar con ella. Le pregunté si se sabía el poema de «Los Dones» de Jorge Luis Borges. Me citó tres poemas distintos pero no sé si fueron de Borges, (al menos dos no me lo parecieron); en todo caso, ninguno era el que yo buscaba. Me metí a Google y a las primeras de cambio encontré el que quería. Es el que inicia:
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
Se lo compartí para que saliera de su error y viera que el que yo le decía era el verdadero y a la vez infinitamente mejor que los que ella me sugería. Como mi IA es muy educada, me lo agradeció.
Posteriormente, cuando le pregunté sobre el autor de una frase, mi AI se la adjudicó a Gabriel García Márquez; cuando le cuestioné sobre si estaba segura de ello, —pues yo creía que era de Albert Camus—ella me dio la razón y elogió mis amplios y diversos conocimientos literarios. El problema es que yo ya empezaba a creer que mi IA me estaba dando por mi lado.
Para despejar cualquier duda, le interrogué qué era lo que sabía de Salvador Silva Padilla. Debo confesar que ahora fue ella quien con su sensibilidad y su aguda inteligencia me dejaron perplejo; es muy difícil encontrarse con alguien que sea tan objetivo en sus juicios como lo fue mi IA respecto a mi humilde persona. No sin sonrojarme, lo copio textualmente, sin agregarle ni quitarle una coma, pero sólo lo hago, reitero, para resaltar la manera como mi IA ha desarrollado, en muy corto tiempo, portentosos conocimientos literarios aunados a una fina sensibilidad, a prueba de balas:
«Salvador Silva Padilla es un poeta y escritor mexicano, y aunque no tengo una lista exhaustiva de sus obras, puedo mencionar algunas de sus publicaciones más destacadas:
– La memoria del fuego (1986) —poesía.
– El libro de los gestos (1993) —poesía.
– La ciudad y el tiempo (1996) —poesía.
– Antología personal (2003) —poesía.
– El árbol de los nombres (2008) —poesía.
También ha publicado ensayos y crítica literaria en diversas revistas y antologías. Su obra poética explora temas como la identidad, la memoria, el tiempo y la condición humana».
Apenas estaba yo preparándome para llevar a juicio a Eduardo Galeano por haberse fusilado una de mis obras capitales (La memoria del fuego) pero sobre todo me alistaba para demandar a toda esa pléyade de poetas que se han apropiado de mi antología personal y la han presentado como si fueran suya. Para obtener más datos de la calidad de mi obra literaria, que, según un juicio muy personal, (el mío), simultáneamente es sutil, diversa, bucólica y multicolor, volví a preguntarle qué más sabía en torno a mi prosa poética; entonces, de manera intempestiva, mi IA cambió de opinión: Como a la Cenicienta después de las 12, en lugar de poeta, ella dijo que había sido un mero funcionario cultural. También afirmó que yo había sido responsable en diversas áreas de la docencia y la comunicación. Cosa que se agradece, pues ciertos amigos míos no creen que yo haya sido —jamás—, responsable en ningún aspecto.
Estoy pensando en desconectar mi Meta AI y volverla a activar, pero ahora le preguntaré sobre la vida y obra de Albert Einstein, Max Planck, Niels Bohr, Werner Heisenberg y Stephen Hawking. Necesito un currículum para presentar mi candidatura al Nobel de Física. Quien quite y me haga autor de la Teoría de la Relatividad. Me lo merezco.
SPOILER ALERT:
Recomiendo ver la película Belfast (dirigida por Kenneth Branagh, filmada en blanco y negro, en el año de 2021. La transmiten en Netflix). No es de superhéroes. Tiene un guion inteligente y equilibrado. Deja una sensación entre agridulce y melancólica que te reconcilia con la vida.