COLIMA.- Para seguir festejando los 84 años de la Universidad de Colima y el 20 aniversario de su Archivo Histórico y Hemeroteca, esta semana se realizaron las Tertulias Archivísticas con el tema “Los archivos: protagonistas en la literatura y el cine”, donde varios especialistas abordaron la relación entre el cine, la literatura y el trabajo archivístico.

Los comentarios estuvieron a cargo de Sandra Omelina Araiza Benuto, directora del Archivo Histórico de la Universidad de Colima; Patricia Sánchez Espinosa, directora general del Archivo Histórico del Municipio de Colima y de Jesús Adín Valencia Ramírez, jefe del Área del Archivo Histórico del Municipio de Villa de Álvarez. Como moderadora estuvo Ana Karina Robles Gómez, directora general de Publicaciones de la UdeC.

A manera de introducción, Omelina Araiza cuestionó cómo son vistos los archivos desde la literatura y el cine. “La respuesta es simple, nos debemos a un esfuerzo de la sociedad a través de las instituciones, por conservar el patrimonio documental en una época determinada, pero también somos conscientes de que la mayor parte de la sociedad tiene una débil idea de lo que son los archivos, y del por qué y para qué existimos”.

Reiteró que muchas de estas ideas se han construido a través de las artes y las redes sociales. “Por eso decidimos tomar, para este ejercicio de reflexión, a dos de las artes más influyentes de los últimos 100 años, con gran impacto social: la literatura y el cine, sobre todo de los libros y películas que representan la idea cultural de los archivos, y de cómo construyen las personas sus representaciones sociales sobre los archivos”.

Patricia Sánchez habló sobre la película “La vida de los otros”, de Florian Henckel von Donnersmarck, “una obra situada en la Alemania posterior a la derrota de Hitler, en un entorno que estuvo marcado por un sistema muy autoritario donde predominaba el uso y abuso de la fuerza”.

La película, comentó, “con buena trama, cuestiona la ética de un espía cuyo trabajo es vigilar a otros, pero que comienza a identificarse con la persona que vigila y lo protege, y en esa protección sacrifica su carrera. Afortunadamente llega la caída del muro de Berlín y todo esto lo podemos conocer gracias a los archivos, porque es mediante la historia y toda esta recopilación, que nosotros podemos conocer la historia”.

Finalmente, Adín Valencia explicó la imagen que la sociedad tiene de las personas que trabajan en archivos, definiéndolas según la inteligencia artificial, tienen una apariencia que puede variar dependiendo del contexto laboral, la personalidad y el estilo personal.

Mostró algunos de los estereotipos más comunes, como el del archivista, el bibliotecario, el escribano, telegrafista, etc., y ejemplificó con algunas películas cuya trama tiene que ver con la búsqueda de archivos y documentos, como “Ángeles y demonios”, “El nombre de la rosa”, “Lágrimas de la lluvia”, “La silla del águila”, etc.

Para concluir, cuestionó: “¿qué tan válido es dejar registros si pueden llegar a atormentarnos? Todo es tan vertiginoso, tan inmediato; se escribe algo y luego se elimina. ¿Sólo lo bello hay que conservarlo y lo demás hay que sepultarlo? Un archivista debe de registrar todo y conservarlo todo; los documentos antiguos están ahí y hay información nueva que va surgiendo. Un archivo o un documento como objeto de valor, nos ayuda a dilucidar o resolver la trama de la historia”.