Ciudad de México. – En una histórica ceremonia, Claudia Sheinbaum Pardo asumió el cargo como la primera presidente de México. En su primer discurso como mandataria, agradeció la presencia de líderes y representantes de 105 países, y destacó la importancia del legado de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum le dedicó la primera parte de su discurso a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, recordando su discurso durante el desafuero: “ustedes me van a juzgar, pero todavía falta que a ustedes y a mí nos juzgue la historia”. Sheinbaum destacó que «la historia y el pueblo lo han juzgado como uno de los grandes», comparándolo con Lázaro Cárdenas y reconociéndolo como el líder de la transformación pacífica de la vida pública de México.
En un gesto de gratitud, Sheinbaum mencionó que López Obrador se retiraba de la vida pública con el cariño del pueblo mexicano, para luchar desde otra trinchera. Su legado, dijo, estará siempre presente en el corazón del pueblo.
Sheinbaum hizo un llamado especial al simbolismo de su llegada al poder, al señalar que, por primera vez en 200 años de vida republicana y 300 años desde la colonia, una mujer dirige los destinos de la nación: “No llego sola, llegamos todas”, dijo, refiriéndose a todas las mujeres que han luchado por la equidad y los derechos a lo largo de la historia de México.
Humanismo mexicano y una visión transformadora
La nueva presidenta destacó el cambio de modelo de desarrollo que ha permitido a México posicionarse como la 12ª economía mundial, dejando atrás el neoliberalismo para adoptar el «humanismo mexicano», un modelo que, según ella, nace de la historia del país y del amor del pueblo.
Durante su discurso, presentó un decálogo que marcará su gobierno, centrado en la justicia social, la equidad, la democracia y el bienestar, todo bajo principios de honestidad y transparencia. Entre los puntos más destacados, reiteró que su administración priorizará a los más pobres y combatirá la corrupción, manteniendo una estricta política de austeridad.
Programas sociales y continuidad
Sheinbaum aseguró que continuará con los programas sociales implementados durante el gobierno de López Obrador, como la pensión universal a adultos mayores, el IMSS Bienestar y el apoyo a la educación pública. Además, anunció tres nuevos programas: un apoyo bimestral para mujeres de 60 años y más, becas universales para todos los estudiantes de educación pública de preescolar, primaria y secundaria, y un plan de salud para adultos mayores que llevará prevención médica hasta sus hogares.
En términos de infraestructura, prometió duplicar los kilómetros de trenes de pasajeros que se construyeron en el sexenio de su predecesor, extendiendo el Tren Maya hasta Puerto Progreso.
Compromiso con las mujeres
Uno de los momentos más emotivos de su discurso fue cuando Sheinbaum rindió homenaje a las mujeres que a lo largo de la historia han luchado por sus derechos. Desde las trabajadoras del hogar hasta las bisabuelas que no pudieron aprender a leer y escribir, pasando por las madres, hermanas e hijas que han roto barreras y logrado emanciparse, la presidenta aseguró que «la transformación les devolvió la libertad, la felicidad y nadie más se las podrá arrebatar».
Una nueva etapa para México
Sheinbaum concluyó su discurso comprometiéndose a poner su conocimiento, fuerza e historia al servicio del pueblo mexicano. Convocó a la ciudadanía a seguir haciendo historia, afirmando que no defraudará la confianza que el pueblo ha depositado en ella.
Con su llegada al poder, inicia lo que ella ha llamado el «segundo piso de la transformación», un nuevo capítulo en la historia de México que buscará consolidar los avances de la llamada Cuarta Transformación.