Miniaturas
Por: Rubén Pérez Anguiano*
- Las tómbolas suelen asociarse a experiencias emocionantes. Es el azar brindando un poco de ilusión en medio de lo cotidiano. Frente a la tómbola organizada en el Senado de la República, en cambio, el sentimiento es de tristeza y desilusión.
- En la cámara alta se organizó algo que puede ser grotesco: una tómbola para decidir los espacios sujetos a elección en el próximo año, de acuerdo con las reformas al Poder Judicial. Serán aproximadamente la mitad: 850 plazas de jueces y magistrados que serán renovados con voto popular. A la otra mitad le corresponderá esperar un poco más. Considerando que 139 plazas están vacantes, sólo fue necesario destituir a 711 jueces y magistrados titulares.
- La tómbola fue dirigida por un personaje que podemos calificar de grotesco. Es deslenguado, estridente, provocador, histriónico, superficial y, por si fuera poco, agresivo cuando puede y poco consistente cuando se le responde con energía. Este personaje parecía dirigirlo todo en una especie de farsa o versión grotesca, como si estuviéramos presenciando una sátira o una obra del teatro del absurdo (pero con un pésimo montaje).
- Este personaje, el líder del Senado, celebró el resultado de la extraña sesión con una de las afirmaciones superficiales que le distinguen: calificó al procedimiento como inédito, pues es “una situación que no se ha dado en el mundo”. Eso es correcto: en ningún otro país ―medianamente congruente con los ideales republicanos― podría darse un procedimiento similar. Eso no debería ser motivo de celebración.
- La trayectoria laboral y profesional de cientos de jueces y juezas quedaron en poder de una tómbola y de una fría decisión legislativa. Perderán su espacio de realización y su expectativa de vida por obra del azar. No importaron los datos académicos, los años de experiencia, la dedicación laboral, las horas de estudio, el esfuerzo personal, los anhelos personales y familiares. Nada. Todo el destino modificado por una reforma impuesta sin reflexión cuidadosa. Todo concluido por una tómbola mal organizada en una parodia legislativa. Digo, ni al Guasón se le pudo ocurrir algo así.
- Senadores del PAN y Movimiento Ciudadano no asistieron a la sesión, calificándola de “un circo” (no les falta razón), pero asistieron en cambio 11 senadores del PRI que le dieron el quorum legal, entre ellos el dirigente de ese partido, Alejandro (Alito) Moreno. Habrá que preguntarse si esta asistencia es algo congruente o una muestra más de la débil capacidad política mostrada por este partido y por su dirigente en los últimos años.
- En suma, una sesión senatorial convertida en tómbola, bufones dominando el escenario, una visión ruin de la vida republicana y cientos de trayectorias arrojadas al vacío.
- Mientras tanto, sigue la violencia en tantas entidades, en regiones enteras. En esos lugares funciona otra tómbola, la de la muerte, pero eso no parece importarle mucho a las distinguidas y distinguidos senadores. Un día triste, sin duda. Habrá que acostumbrarse a lo grotesco.
*Rubén Pérez Anguiano, colimense de 56 años, fue secretario de Cultura, Desarrollo Social y General de Gobierno en cuatro administraciones estatales. Ganó certámenes nacionales de oratoria, artículo de fondo, ensayo y fue Mención Honorífica del Premio Nacional de la Juventud en 1987. Tiene publicaciones antológicas de literatura policiaca y letras colimenses, así como un libro de aforismos.