Lo que dice el dicho

Lo que dice el dicho
Por: Carlos Aguirre

Son muchos los “dichos” que tenemos en México, por eso dicen que somos muy dicharacheros, decimos una cosa en tono jocoso, ingenioso, ocurrente, pero siempre con mucho sentido, con sobrada sabiduría. Al menos así son los dichos populares, los que han perdurado al paso del tiempo.

Casi todos ellos aplican para todo, para lo mucho y para lo poco. En política casi siempre caen “como anillo al dedo”.

Por ejemplo, “Candil de la calle, obscuridad de su casa”. Y ahí está la presidencia de la república regalando tractores, petróleo/combustibles y alimentos en general, a Cuba ¿Y nuestros paisanos? Muriéndose de hambre y con carencias enormes, vean Guerrero y Chiapas.

“La última y nos vamos”, ese lo usó López cuando indebidamente tomó para su partido las curules necesarias para tener mayoría absoluta en la cámara de diputados y una cómoda mayoría en la de senadores. Digo, la última, porque siempre hizo lo que quiso, brincando la ley cuando era necesario, burla aparte…esa fue la última, antes de irse.

“Nadie sabe el bien que tiene, hasta que lo ve perdido”, no hay mucho que añadir, muchos pensaron que los setenta y tantos años de hegemonía tricolor eran el más grande de los males que tendríamos, pero “el chiste se cuenta solo”, llegaron estos y confirmaron que “estábamos mejor cuando estábamos peor”.

“Llegando y haciendo lumbre” retrata fielmente a los diputados y senadores de la coalición oficial en las dos cámaras, que al decir “presente”, casi casi al mismo tiempo contestaban con sobrada urgencia: ¡“Por la afirmativa”! Aprobando lo que fuera, siempre y cuando la promoviera Morena, aunque desconocieran de que trataba.

El gobierno no ve la innumerable lista de problemas que padece la población, desde baches en las calles, hasta terrorismo en muchos lugares del país, (aunque me tachen de alarmista o sensacionalista). Lo cierto es que ya no es raro, escuchar o saber de detonaciones de armas de fuego, bombazos, drones, emboscadas, ejecuciones y aunque “no se puede tapar el sol con un dedo”, a la mafia del poder “le hacen lo que el viento a Juárez”.

Por otro lado, es de llamar la atención la celeridad por aprobar las reformas al inicio de la actual legislatura; no pudieron esperar siquiera a leer el articulado de la misma, ya no digo la exposición de motivos, había que aprobarla porque la urgencia era tal que no podía esperar nada, “al mal paso, darle prisa”, ¿O cómo?

Les digo, los dichos en política caen “como anillo al dedo”, por eso cuando algo negativo sucede en México, los distractores son el medio más socorrido, hay que distraer la atención, desviarla, salirse por la tangente, hacerse tarugo con eso de los otros datos, ya ven “ojos que no ven corazón que no siente”.

“El buen juez por su casa empieza”, sin embargo, preferimos juzgar a Maduro y a Chávez, porque “es mejor ver la paja en el ojo ajeno, que ver la viga en el nuestro”. A mi siempre me ha gustado y ahora más, el que dice “el valiente vive, hasta que el cobarde quiere. ¿Será?