En el marco de las celebraciones por el 40 aniversario de la Coordinación General de Docencia de la Universidad de Colima (UdeC), Lorenzo Heyer Rodríguez, coordinador académico de Ingeniería y Ciencias Ambientales (ICA) en la Universidad Autónoma de Tamaulipas impartió la conferencia: “De la química analítica a la salud ambiental”, en la que destacó la relación entre la química analítica y la protección de la salud humana y ambiental.
Heyer Rodríguez compartió su experiencia como ingeniero sanitario en la Secretaría de Salud, donde tuvo la responsabilidad de detectar compuestos químicos potencialmente dañinos para los consumidores. Esta tarea, mencionó, marcó una primera etapa en su formación como químico analítico y evidenció la relevancia de la química analítica en la vigilancia de la salud pública. “Es fundamental comprender los riesgos de ciertos compuestos tóxicos en los alimentos, pues éstos pueden tener efectos graves en la salud humana”, enfatizó.
Explicó que la evaluación de riesgos a la salud es una disciplina que comenzó a desarrollarse en la década de 1980 con el objetivo de regular la exposición segura a agentes químicos y describir los efectos adversos en la salud de las personas y en los ecosistemas. Subrayó que hoy en día “vivimos en un entorno saturado de sustancias químicas, muchas de ellas con potenciales efectos tóxicos, por lo que resulta esencial estudiar los riesgos que estas sustancias representan para la vida humana, las plantas y los animales”.
Heyer Rodríguez definió el concepto de riesgo como “una probabilidad numérica de efectos adversos”. Este riesgo, puntualizó, “puede ser real, basado en datos estadísticos y epidemiológicos, o hipotético, fundamentado en estudios de laboratorio”. En la evaluación de riesgos, el especialista explicó que se trabaja principalmente con riesgos hipotéticos para desarrollar programas de remediación que se activen en situaciones de emergencia.
Asimismo, destacó la importancia de evaluar los riesgos en entornos laborales para proteger la salud de las y los trabajadores. “Mediante estas evaluaciones es posible emitir recomendaciones sanitarias y alertas sobre lugares específicos contaminados”.
Desglosó las cuatro fases de la evaluación de riesgos: identificación del peligro, evaluación de la relación dosis-respuesta, análisis de la exposición y caracterización del riesgo. “Este proceso permite asignar la magnitud y probabilidad de efectos adversos en poblaciones expuestas a agentes contaminantes en el entorno”.
El uso de la evaluación de riesgos, explicó, incluye la emisión de advertencias y recomendaciones sanitarias, la realización de estudios para mitigar y prevenir efectos en la salud humana, y el establecimiento de normas de remediación en sitios contaminados, así como regulaciones sobre el almacenamiento, transporte y descarga de sustancias químicas.
Con esta conferencia, Heyer Rodríguez resaltó la importancia de la química analítica como herramienta fundamental para la prevención de riesgos y la promoción de la salud ambiental, en un contexto cada vez más demandante en términos de regulación y control de agentes químicos en diversos ámbitos de la sociedad.