COLIMA.- En las calles de Colima, nos encontramos con una escena peculiar y entrañable: José Luis Murguía pasea a su iguana, Cachis, la que vestida con un traje rojo y un gorro de Santa Claus.

Cachis, que parece disfrutar del paseo tanto como su dueño, es una iguana verde hembra de tres años y medio, registrada como mascota, y que se ha convertido en una compañera inseparable para José Luis.

“Yo la compré con permiso, porque luego critican, pero no es así. La adquirí en un acuario con todo en regla, cuando medía apenas 10 o 11 centímetros. Ahora, después de casi cuatro años, es parte de mi vida”, comparte José Luis.

Cachis no solo camina al hombro de su dueño como si fuera un perico, sino que también tiene su propia rutina diaria.

“Le gusta pasear, a veces la llevo en bicicleta, pero hoy andamos a pie. Vive conmigo en Fátima, y cuando no estamos paseando, tiene su jaulita, donde recibe el sol que necesita. Es muy dócil, incluso se deja acariciar por otras personas, y a veces la presto para que se tomen fotos con ella”.

La alimentación de Cachis es tan especial como su vida: “Come lechuga, zanahoria, chile verde y tomate. También vive con una granota que tengo en casa. Es una iguana verde, aunque en otras partes la llaman garrobo, y aquí le conocen por diferentes nombres”.

Lo que más llama la atención es que Cachis se viste de acuerdo con la temporada. “En Navidad le pongo su trajecito y gorro de Santa. Para Día de Muertos, lleva su sombrero y traje alusivo. Siempre luce del tiempo, y es algo que a la gente le gusta mucho”.

José Luis, quien trabaja a diario, procura sacar a Cachis los domingos o en sus días de descanso. Su conexión con este reptil es un recordatorio de que las mascotas, sean convencionales o no, pueden convertirse en amigos fieles y ser un reflejo del cuidado y amor que sus dueños les dedican.

“Ella me hace compañía, y la verdad, verla disfrutar de los paseos es una alegría. Es más que una mascota, es parte de mi familia”, concluye José Luis con una sonrisa.

Un paseo con Cachis no solo llena de color las calles de Colima, sino que también nos regala una lección de amistad y responsabilidad hacia los animales.

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