MINIATURAS
Por: Rubén Pérez Anguiano
La empresa consultora Integralia difundió sus diez riesgos políticos para 2025. Habrá que recordar que los correspondientes al 2024 alcanzaron un acierto mayor al 90 por ciento, así que vale la pena revisarlos. Uno de ellos, en especial, atemoriza: “se debilita el espíritu de integración económica de América del Norte y se pone en duda la continuidad de la estructura actual del T-MEC”.
El temor viene de dos certezas: los beneficios que el dichoso tratado genera desde hace años para nuestra economía y la percepción de una confrontación creciente entre el gobierno de Claudia Sheinbaum y la próxima administración de Donald Trump. Tal escenario se palpa en el aire, como si fuera algo inevitable. Incluso, a veces parece que es algo deseable para la presidenta de México.
La ideología es una mala consejera, dicta lo que debe hacerse al margen de la realidad, incluso de forma antagónica a la misma realidad, y eso parece estar haciendo con relación al tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. Para la administración de Claudia Sheinbaum, algunas naciones abiertamente antagónicas a los Estados Unidos son de naturaleza “progresista”, tales como Cuba y Venezuela. No son “progresistas”, evidentemente, sino dictatoriales, pero bueno, así es esto de los enfoques ideológicos.
En esa lógica, la cercanía con Estados Unidos parece hasta incómoda para la administración Sheinbaum. Quizás por eso es previsible un nivel de confrontación creciente hasta que llegue el momento en que el gobierno de México se arrope en el discurso nacionalista y comience a situarse al margen del T-MEC.
Eso le brindaría alegrías efímeras al discurso populista nacional, pero lastimaría a nuestro país de forma catastrófica. Para Estados Unidos el tratado no es esencial, por lo menos no en este momento, pero si lo es para México. Suponer que nuevos socios comerciales como China o cualquier otro pueden suplir lo que representa la integración comercial del norte de América es algo infantil, incluso ridículo. Pero así es la ideología: es insensata y aleja de lo evidente.
Quizás una crisis diplomática y comercial con Estados Unidos brindaría el discurso de justificación de lo que se viene: un agudo desequilibrio fiscal que podría llegar a impedir el cumplimiento de objetivos prioritarios para la administración Sheinbaum.
Una crisis así brindaría la justificación de un fracaso cuyas verdaderas causas serían otras. Ojalá y no suceda, pues sería como iniciar un lento viaje hacia la irrealidad y hacia el absurdo.