EL NUEVO IMPUESTO EN COLIMA

EL NUEVO IMPUESTO EN COLIMA
Por Carlos M. HERNÁNDEZ SUÁREZ

Un estudio publicado en 2018 por científicos de la UAM, el Colegio de Postgraduados, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, y la Universidad Nacional de Costa Rica reveló que por cada tonelada de residuos de caña de azúcar (principalmente hojas) que se quema, se liberan a la atmósfera 1.6 toneladas de CO₂.

Hagamos cuentas: el rendimiento promedio de caña por hectárea en Colima es de 73 toneladas. Aproximadamente el 20% de esa cantidad corresponde a hojas, es decir, 15 toneladas de residuos, que al quemarse liberarían 24 toneladas de CO₂ al ambiente.

Recientemente, los diputados del Congreso local aprobaron un impuesto de 542.85 pesos por tonelada de CO₂ emitido a la atmósfera, a entidades físicas o morales. Según cálculos conservadores, esto implicaría que los cañeros tendrían que pagar alrededor de 13,000 pesos por cada hectárea sembrada.

Esto resulta insostenible: no parece probable que alguien se atreva a cobrar esta cantidad a los productores de caña, dadas las implicaciones políticas y económicas. Sin embargo, lo interesante es el debate que esto genera: cualquier empresario que sea gravado por emitir CO₂ a la atmósfera podría argumentar que sus derechos están siendo vulnerados, señalando que no se le trata con equidad fiscal. No se puede cobrar a unos sectores y a otros no.

Entre los principales emisores de contaminantes en Colima destacan:

  • Aeropuertos (las turbinas generan emisiones significativas).
  • El puerto de Manzanillo (los barcos no se encienden y apagan como los automóviles).
  • La termoeléctrica.
  • El flujo de tráileres en la carretera federal.

Todos estos casos son de competencia federal, por lo que no podrían ser gravados con este impuesto desde el ámbito local.

La única posibilidad que vislumbro es que se implemente un cobro basado en un análisis de los contaminantes que emite cada automóvil. Esto podría mitigarse con un mejor sistema de transporte público, pero Colima carece de una infraestructura adecuada en este sentido.

Un dato curioso: una vaca emite entre 2 y 4 toneladas de CO₂ al año. Esto implicaría que quienes posean ganado deberían pagar aproximadamente 1,600 pesos anuales por vaca bajo esta lógica impositiva.

Si se les ocurre cobrar un impuesto por mascota, les pediría nos hicieran un decuento a todos los que, como yo, tuvimos que adoptar animales, porque te da pena verlos sufriendo en la calle. Ya tengo casa llena.