CREO QUE LO DEL PUERTO SE VA A RETRASAR

PARA PENSAR
Por: Carlos M. HERNÁNDEZ SUÁREZ

Mucho se ha hablado del proyecto de ampliación del puerto de Manzanillo, con el objetivo de que su capacidad anual alcance los diez millones de contenedores. Para que se dé una idea, actualmente es de aproximadamente dos millones al año.
Así que imagine el tamaño (y el desorden) que se espera. Sin lugar a dudas, el hospital prometido y la ampliación en la oferta de casas habitación por parte del gobierno federal son, en realidad, para atender a la enorme cantidad de gente que va a llegar, más que para la población actual.

Pero, ¿qué va a entrar por el puerto? Pues en su gran mayoría, artículos chinos. China produce mucho, y todavía no hemos visto nada comparado con lo que planea exportar. Si consideramos que ya estamos llenos de productos chinos que están desplazando a los mexicanos, espere un poco más.

Vamos pelando la cebolla, para ver qué tiene adentro: esto no es culpa de los chinos. Usted, si quiere, puede poner una empresa que venda escobas, importándolas desde China y vendiéndolas aquí. Si paga los impuestos correspondientes, nadie se lo impide. Seguramente va a desplazar a los fabricantes de escobas de La Salada (donde, por cierto, fabrican muy buenas escobas), pero eso parece no importarle a nadie. Es más, los chinos están muy atentos a lo que compramos los mexicanos para fabricarlo más barato. Por eso, la industria del calzado, cinturones, bolsas, sombreros y accesorios ha desaparecido en México. Para acelerar el proceso, ya hay tiendas chinas en el país que importan los artículos directamente desde China y, así, se brincan al importador mexicano. Todo legal, nadie discute eso.

Existe el rumor de que los productos chinos son de mala calidad, pero eso no es cierto. Como en todos lados, los chinos fabrican productos de excelente, buena y mala calidad. Pero como nos gusta lo barato, eso es lo que nos venden. Y lo barato, venga de donde venga, dura poco.

Pues para eso es la ampliación del puerto de Manzanillo: para recibir cuatro veces más productos de China. Y repito, no porque a los chinos se les haya dado la gana vendernos más, sino porque cada vez surgen más empresarios que, en lugar de impulsar la industria mexicana, prefieren comprar productos hechos en China.

Pero aquí entra Mr. Trump. Él ha impuesto aranceles a los productos chinos y sabe perfectamente que, si Estados Unidos quiere sobrevivir, necesita formar un bloque sólido con Canadá y, especialmente, con México. Eso implica que puede “convencer” a México de aplicar aranceles similares a los que él ha impuesto a China. Y claro que puede hacerlo. Como candidato dijo: “No permitiré fábricas chinas en México”, y de la empresa de camiones que se iba a instalar en Colima no hemos visto ni las luces traseras. Cada vez que discuto el tema con amigos, me sueltan un discurso sobre lo ilegales que son los comentarios de Trump, que debería respetar la soberanía de México, y bla, bla, bla. Y simplemente no los entiendo. ¿Podríamos discutir las cosas como son, y no como deberían ser?

Estoy convencido de que la ampliación del puerto de Manzanillo se va a retrasar. Por supuesto que habrá algo de obra por aquí y por allá, y eso puede dar la impresión de que todo sigue igual. Pero en realidad, solo serán apariencias. Llegar a los diez millones de contenedores al año… no mientras Trump sea presidente.