La elección “más demócratica”, acaba con la democracia
Por: Carlos AGUIRRE
Mucho se ha escrito en torno a la elección del 1 de junio, en la que se confirmará la destrucción del poder judicial. En lo federal, la mitad de los funcionarios juzgadores, magistrados y ministros serán renovados; en los estados, más de la mitad.
Según eso, serán electos en las urnas, mediante un procedimiento que la mayoría de la gente desconoce, con boletas muy complicadas, con muchos nombres y depositados todos en una misma urna, sin distinguir si jueces, o magistrados, o ministros. Todas las boletas en una misma urna.
Hasta ahí, a pesar de todo, la cosa va bien, en lo que se refiere al día de la jornada. Curiosamente, no hay intervención ciudadana en el proceso, es decir, de la mayoría de los funcionarios, parece que muchos son enviados y oficiosos del poder ejecutivo federal y/o estatal, con vínculos con el oficialismo; digo esto, porque la mayoría de la gente sin vínculos, los ciudadanos, no aceptaron ser funcionarios de casilla, el mismo INE reconoció su preocupación por ello.
Los candidatos a algún cargo, no estarán representados en las casillas, solo estará su nombre como fiel testigo, guardián y vigilante de cada uno, pero mudo e inmóvil; solo estará su nombre, ni siquiera su sombra. Los que si estarán, son funcionarios del Instituto Nacional Electoral, o sea del gobierno, es decir, de Morena, pagados por el sistema que ordenó acorralar, matar y sepultar al poder judicial. Ellos serán los vigilantes supremos, como supremos eran hasta ahora, los tribunales de justicia. El 1 de julio será el día de su ejecución.
Imagínense, hace años, Obrador y sus secuaces se quejaban de que el gobierno hacía fraude; esto pasaba cuando las casillas eran resguardadas por los CIUDADANOS y los votos se contaban por ellos, habiendo además observadores electorales. Ahora , en el proceso electoral, no habrá ciudadanos, solo funcionarios pagados por Morena. ¿Qué creen?, serán contados en el “cuarto de atrás, en lo obscurito”, por otros funcionarios que también, como los otros, están pagados con la misma chequera. Observadores, sin duda los habrá, pero Si antes no los dejaban mirar mucho -dicen- ¡Imagínense ahora!
Con esta elección, el discurso oficial dice que nuestra nación será la más democrática del mundo, envidia incluso de Suiza, de Estados Unidos, Inglaterra y de cualquier país que Usted considere, incluidos Cuba, Venezuela y China, estas últimas puestas con sarcasmo e ironía desde luego, porque es cierto que seremos de los pocos países en que los ciudadanos podremos acudir a las urnas para en una boleta escribir o señalar a quien preferimos para cada uno de los cargos de elección popular, del Poder Ejecutivo, del Poder legislativo y ahora también del Poder Judicial.
Lo anterior suena maravilloso, solo que, una cosa es tener la posibilidad de señalar a quien queremos, mediante el voto y otra muy distinta, es que nuestro voto sea realmente respetado. Ahí está el detalle, dijera Mario Moreno. Recordemos que, la composición actual del Congreso Federal, no resultó de acuerdo al conteo de votos de la jornada electoral y las fórmulas en las leyes consideradas, sino de acuerdo a la instrucción que Obrador dio al Tribunal Electoral Federal para que la mayoría la tuviera Morena. Esto, a pesar de que hubo participación ciudadana en la vigilancia y en el conteo. ¿Ahora, sin vigilancia y sin posibilidad de participar en el conteo, habrá democracia? ¿Habrá certidumbre? Parece que la democracia esa que se pregona, quedará solo en el discurso.
Ese discurso democrático ha permitido, con la ayuda de una beca mensual a una clientela cada día más convencida y abusada (del verbo abusar, no del que pretende señalar inteligencia), mantenerse en el poder y seguir manipulando las decisiones.
¿Qué podemos esperar de la jornada electoral? Pues la confirmación del fraude más grande que México haya tenido, la consumación de un engaño.
Espero que muchos de los honorables candidatos que actualmente desempeñan funciones de juzgadores de primera o segunda instancia, ganen, que los dejen ganar, lo merecen y es lo mejor que tenemos, la mayoría de ellos son buenos y honorables. No sería justo, ni bueno para nadie, que los hagan a un lado como lo hicieron con varios aspirantes, a quienes no dejaron pasar del primer tamiz, por que creyeron que eran incómodos.
Estamos en el filo de la navaja, Noroña ya se está curando en salud, la señora ya le aventó la bolita al INE, mientras tanto el tiempo sigue su marcha y cada día falta menos para el 1 de junio y los candidatos que tienen vínculos cuestionables y son buenos para nada, siguen y seguirán en las boletas que ya se mandaron a imprimir. ¿Qué pasará con ello?
Tenían todo para acabar con el Poder Judicial, no había necesidad de ensuciar más el proceso que, de origen no era limpio. Los dichos siempre reflejan nuestros actos: Se vale ser puerco, pero no trompudo.
Nos pronto.