JALISCO.- El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco ha confrontado directamente al Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, luego de que este declarara que “no hay una sola prueba que acredite” que el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, haya sido utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación como sitio de cremación clandestina.

Las madres buscadoras consideran estas declaraciones un intento deliberado de borrar la verdad que ellas han ido exhumando a mano limpia. En respuesta, denunciaron que en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses existen al menos 17 lotes de restos óseos calcinados recuperados del sitio, registrados en el sistema SIAVA.

Los fragmentos —que incluyen cráneos, fémures, caderas, falanges y piezas dentales— son evidencia científica de que en el lugar hubo incineración de personas, y contradicen lo dicho por Gertz Manero.

En una carta pública dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, el colectivo señala “nos están llamando mentirosas”, y advierten que la descalificación oficial no solo es una afrenta política, sino una agresión a quienes han entregado su vida en la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos.

“¿Qué se hace cuando ya lo perdiste todo y también te quieren arrebatar la verdad?”, cuestionan.

Además, acusan que el Fiscal General nunca ha pisado el rancho ni se ha reunido con quienes lideran la búsqueda en el terreno. En contraste, mencionan que han colaborado con la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos, cuya titular, Sara Irene Herrerías, ha sido testigo directo del hallazgo de restos humanos.

El comunicado también recuerda que hace solo unos días asesinaron a una madre del colectivo, lo que ha profundizado la indignación.

“Hoy el Fiscal quiere matar la verdad”, sentencian.

Este caso se suma a una larga historia de desencuentros entre familiares de personas desaparecidas y las autoridades, donde la verdad —como los cuerpos— parece seguir enterrada bajo capas de impunidad.

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