El experto dijo, en entrevista con EL UNIVERSAL, que para mantener este control las organizaciones criminales están usando “el narcoterrorismo”, como el empleo de coches-bomba, como una manera de amedrentar a la autoridad y de competir por el control territorial, además de que buscan así intimidar a la población en general.
A través de actos terroristas, agregó, los cárteles buscan que la población cuestione al gobierno sobre su capacidad de protegerlos, provocando una deslegitimación, pues existen territorios donde “hay gobiernos paralelos a la autoridad”, lo que calificó como una “afganización” del país.
Buscaglia señaló que actualmente, más de 71% de los municipios de todo el país están capturados o controlados por el crimen organizado, y ésta es la primera ocasión en que la presencia de los criminales incluye a todas las entidades de México además del Distrito Federal, por lo que los cárteles del narcotráfico están peleando más esos territorios.
Dijo que “en los lugares donde se establecen los grupos del narcotráfico en México la autoridad son ellos, tienen el control y no los representantes de gobierno”.
Con base en su experiencia de investigación en países fallidos en el mundo, Buscaglia explicó que “un carro-bomba tiene como objetivo el impacto social y daños colaterales. Un ataque contra la policía tiene un efecto social de desprotección de la población civil. La delincuencia busca debilitar al estado con corrupción o con violencia y ahora lo quieren hacer más evidente”.
En su opinión los actos narcoterroristas aumentarán en México en la medida en no se rompa con los vínculos entre delincuentes y autoridades, se golpee el patrimonio de los cárteles incluyendo bienes inmuebles, y “se ataque su base social al aplicar programas sociales y establecer que el Estado es el que protege”.
Con información del Universal