Trinidad Ramírez, habitante de ese poblado en el Estado de México, aseguró que “la herida” de su pueblo “se mantiene abierta”.
«El 3 y 4 de mayo de 2006 tú ordenaste el operativo contra nuestros pueblos, la violencia la provocó tu gobierno», le dijo Ramírez a Peña Nieto.
En esa fecha, un conflicto social en los municipios de Texcoco y San Salvador Atenco derivó en la intervención policial en la segunda localidad. Las acciones de los policías culminaron con la muerte de dos personas, el arresto de más de 200 activistas, y la comisión de abusos sexuales contra “al menos 26 mujeres”, según organizaciones no gubernamentales.
El gobierno del Estado de México fue acusado de represión y violación de los derechos humanos, lo que repercutió en la imagen política de Peña Nieto, quien gobernó la entidad entre 2005 y 2011. Pero en 2009 la Suprema Corte de Justicia lo deslindó de las acusaciones.
«Soy el primero en reconocer los excesos cometidos por algunos elementos de las policías que actuaron en ese operativo (…) Atendí las recomendaciones hechas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y donde es un proceso que se sigue y corresponderá al poder judicial definir las sanciones para quienes se pruebe hayan intervenido», respondió Peña Nieto.
El priista dijo que ese episodio dejó mayores lecciones para que el uso legítimo de la fuerza pública deba hacerse bajo protocolos que permitan el respeto «irrestricto» de las libertades.
«No escucho su corazón, no lo escucho vibrar con el dolor de las víctimas. Escucho un discurso frío que aterra, nos aterra», dijo Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz, a Peña Nieto sobre su respuesta del caso Atenco.
«Se trata de la compasión, no del discurso político, una política sin compasión, sin piedad (…) es una política que no nos interesa».
Previamente, el activista le había dicho al priista que ni para él ni su partido existen los “casi 60,000 muertos, 20,000 desaparecidos y los cientos de miles de desplazados”.
«No hicieron (el PRI) ninguna limpieza honorable de sus filas», le cuestionó y aseguró que su campaña representa la continuación de la violencia en el país.
Peña Nieto aseguró que representa a un partido “que hizo suya la lucha para resarcir el daño causado a las víctimas de la violencia» y recordó su manifiesto que dio a conocer la semana pasada en el que asegura que la actitud de los gobiernos tiene que cambiar.
«Hay que construir una estrategia nacional para abatir los niveles de violencia”, propuso a los integrantes del Movimiento por la Paz, y dijo que se debe lograr un mejor desempeño de la economía para que funcione un modelo de seguridad pública.
José Carlos Castro, un habitante de Veracruz, aseguró que su familia desapareció en el municipio de Xalapa y afirmó que “muere todos los días” pensando en dónde están. «En su momento busqué al gobernador del estado, Javier Duarte. Fue más fácil ver al presidente de la República».
Los cuatro candidatos a la presidencia de México se reúnen este lunes con los integrantes del Movimiento por la Paz.
Peña Nieto reconoció que gracias a la lucha del movimiento se lograra la Ley General de Víctimas. Dijo que México ha cambiado, pero “no necesariamente se ha visto traducido en condiciones de orden, de paz y de oportunidades para los mexicanos».
Sicilia y otros activistas integraron el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que sostuvo reuniones en 2011 con el presidente Felipe Calderón y otros funcionarios para exigir un cambio en la estrategia contra el crimen organizado.
El movimiento surgió después del 28 de marzo de 2011, cuando fue encontrado el cadáver del hijo del poeta, Juan Francisco Sicilia, junto con el de otras seis personas dentro de un auto en el municipio de Temixco, en Morelos.
Con informaci’on de CNN