1.- Antes de participar en una fiesta, conviene acordar quién de los amigos actuará como conductor designado. Lo ideal es que recaiga en alguien realmente responsable y que pueda conducir sin ser afectado por los comentarios de sus amigos.
2.- Para reducir los riesgos, es conveniente que varios amigos utilicen un mismo vehículo, siempre en la consideración de sus plazas estipuladas; todos deben usar el cinturón de seguridad sin excepción, nada de doble cupo o de todavía cabe uno.
3.- Al llegar a la fiesta, los amigos deben ser muy conscientes de que el conductor designado no debe ser forzado o condicionado al consumo de alcohol. De otra manera, el riesgo de participar en un accidente se eleva considerablemente.
4.- Durante la fiesta, es válido tomar un par de copas, sobre todo cuando se goza a los amigos. Pero debe tener presente que los riesgos se multiplican seriamente si nos excedemos en ese consumo. Lo mejor, abstención total.
5.- Al salir de la fiesta, el conductor designado deberá estar listo y sobrio para conducir el vehículo lo más tranquilo y responsable posible; debe ser una persona muy sensata para evitar que los amigos lo inciten a superar sus capacidades al volante.
6.- En el regreso a casa, es válido establecer una especie de base donde todos los amigos puedan llegar, en el caso de que la alegría haya sido excedida en la ingesta de alcohol. Más vale llegar tarde que nunca.
7.- Al día siguiente, la resaca puede ocasionar serios desórdenes gástricos, por lo que conviene ingerir muchos jugos para rehidratarse. En la medida de lo posible, hay que evitar el consumo de bebidas embriagantes. Todo sea por vivir bien y pasarla mejor.
8.- Tras el festejo, vale la pena reunirse para comentar detalles y hasta comentar algunos puntos de mejora para las futuras reuniones como una rotación honesta del conductor designado y un compromiso a medirse en el consumo del alcohol, sobre todo si hubo excesos. En caso de que los excesos nos hicieran tanto estrago en nuestra conciencia, lo ideal es pedir un servicio de taxi reconocido por nosotros. La meta es llegar sanos y salvos, a pesar de cargar tanta alegría.
9.- Si la fiesta en tu casa, una buena idea es ofrecer un cuarto o lugar para dormir. A veces es preferible exceder nuestra cortesía que dejar en riesgo a los amigos cuando no están al 100% de sus cabales.
10.- En caso de que los excesos nos hicieran tanto estrago en nuestra conciencia, lo ideal es pedir un servicio de taxi reconocido por nosotros. La meta es llegar sanos y salvos, a pesar de cargar tanta alegría.
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