Cuidado con el pulso: el ritmo correcto

Prestar atención al ritmo en el que late el corazón puede delatar fallas en su funcionamiento, como por ejemplo la arritmia cardíaca: un conjunto de problemas que hacen que el corazón lata demasiado lento o demasiado rápido.

El pulso acelerado, habitualmente conocido como taquicardia, presenta una frecuencia mayor a 100 latidos por minuto estando en reposo. Se puede manifestar como palpitaciones que se deberán investigar para conocer su causa y así encontrar un tratamiento adecuado.

LAS CAUSAS POSIBLES

La taquicardia puede ser la expresión de una deshidratación, dado que el cuerpo compensa la falta de líquido en el organismo aumentando la frecuencia cardíaca, o una sobrehidratación por exceso de líquidos, que puede determinar un cuadro de insuficiencia cardíaca.

Para prevenir la deshidratación es aconsejable beber abundante líquido, como el agua por ejemplo, que no agrega calorías a la dieta y es muy buena para la salud.

Pero para hacer una ingesta adecuada, evitando la sobrehidratación, es necesario conocer los requerimientos del cuerpo y la cantidad de agua que poseen los alimentos y otros líquidos, teniendo en cuenta además la transpiración si se hace ejercicio físico.

LA CULPA ES DEL ESTRES

El estrés también influye en el pulso cardíaco. Está íntimamente relacionado con situaciones de ansiedad, frustración o furia, nervios o miedo.

Si bien una dosis baja de estrés resulta necesaria para desarrollar actividades productivas, si el nivel crece a niveles patológicos puede producir graves daños en la salud. La mejor y más concreta definición de estrés es: «cuando el cerebro dice que SI y el cuerpo dice que NO». Esto ocurre cuando se liberan sustancias que aumentan la frecuencia cardíaca y por ende producen un pulso acelerado.

MENOS CAFÉ

La cafeína por su parte, estimula el sistema nervioso central incrementando la sensación de alerta y, en cantidades exageradas, puede producir inquietud, ansiedad e irritación, que estimulan la aparición de una taquicardia. Cuando se consumen más de 4 tazas por día de café, puede provocar insomnio e inclusive migrañas. Otro efecto adverso es la pérdida de líquidos, dado que la cafeína tiene un efecto diurético.

El tabaquismo es otro de los importantes factores que favorecen la aparición del pulso acelerado. Al entrar en el torrente sanguíneo, la nicotina provoca la liberación de adrenalina, hormona que estimula el sistema nervioso central, aumenta la presión arterial y las frecuencias respiratoria y cardíaca. Cuando esto sucede, los vasos sanguíneos se angostan, obligando a la sangre a circular por un espacio más pequeño que favorece la aparición de hipertensión arterial.

Además, fumar acelera el pulso porque produce coágulos en los vasos sanguíneos y propicia la formación de placas de colesterol en las arterias pudiendo provocar un ataque cardíaco. También aumenta el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular por obstrucción súbita de la circulación sanguínea en el cerebro.

Las arritmias son ritmos anormales, que en este caso tienen una alta frecuencia (más de 100 latidos por minuto) y pueden dividirse por su origen en las aurículas o ventrículos, siendo estas últimas las de mayor severidad porque pueden comprometer la vida del paciente.

Otras causas pueden estar representadas por la ansiedad desmedida, el ejercicio excesivo, el mismo embarazo (fisiológico) y la hiperactividad de la glándula tiroides.

LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN

Prevenir el pulso acelerado y controlarlo es muy importante para mantener el corazón sano y así evitar las múltiples consecuencias que su mal funcionamiento puede generar. {jathumbnail off}

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