Perros, gatos, loros y todo tipo de animales, domésticos y de granja desfilaron este jueves por las iglesias españolas y por la plaza San Pedro del Vaticano, para recibir la tradicional bendición en el día de San Antón, su santo patrón.
En Roma, bajo una lluvia glacial, burros, vacas, cerdos, gallinas y un sinfín de animales se reunieron en la Plaza de San Pedro para recibir la bendición de manos del cardenal Angelo Comastri, vicario general del Papa para la Ciudad del Vaticano.
«Siempre hemos tenido perros y queríamos bautizarlos», explicó a AFP Federica Veneto, una romana de 50 años.
El prelado italiano recorrió después esta pequeña feria, bautizada «la granja bajo el cielo», saludando a los ganaderos.
También en Madrid, los amantes de los animales hicieron cola desde primera hora de la mañana a la entrada de la iglesia de San Antón, con sus mascotas en brazos o cogidas por correas, a la espera de que el sacerdote las rociara con agua bendita.
Muchos habían vestido a sus perros con abrigos especiales para protegerlos del invernal frío madrileño o les pusieron adornos de distintos tipos, como pequeñas coletas.
José Martínez, de 74 años, acudió con su cocker spaniel Poki envuelto en una bufanda con los colores rojo y amarillo de la bandera española y con un ‘jersey’ gris.
«Lo trajimos aquí para ser bendecido para ver si él se vuelve menos travieso», dice, esperando su turno, mientras su mascota ladra a otros perros cercanos.
Los perros son los más numerosos en venir a visitar a San Antón, pero también hay conejos, hamsters, canarios y otros pájaros, que buscan la bendición del santo.
Lucía Pérez intenta en vano que Ursi, su lorita gris y blanca, envuelta en una sábana verde, diga «hola» mientras espera su turno.
«Vengo casi todos los años. Estamos muy contentas con ella y queremos que tenga una vida larga», dice Pérez, de 57 años, antes de besar el pico de su pájaro.
Cerca de la cola de mascotas y sus dueños, hay otra formada por personas que esperan a la puerta de otra iglesia para recibir unos bollos.
Estos bollos se guardan, como manda la tradición, junto con una moneda en una alacena durante un año para asegurarse una buena salud y la bendición del santo al año siguiente.
Los bollos se elaboran siguiendo una antigua y secreta receta que los mantiene tiernos durante mucho tiempo.
Durante todo el día se podía ver a las mascotas y sus dueños, entre ellos perros policías y perros lazarillos, paseando alrededor de la iglesia.
La iglesia celebró varias misas en honor de San Antón, en las que se podía ver a perros sentados en los bancos o en el suelo del templo junto a sus dueños. {jathumbnail off}
«Venimos todos los años porque es una tradición y es bonito», afirma Mario Pérez Blanco, de 57 años, que trajo para la bendición a su labrador de siete años, Gaspar.
La festividad de San Antón se celebra en Madrid de forma ininterrumpida desde el siglo XIX y también se festeja en otros lugares de España como las islas Baleares en el Mediterráneo o la ciudad castellana de Burgos.
Se dice que los animales se veían atraídos institivamente hacia San Antón a lo largo de toda su vida. El santo, que nació en Lisboa en 1195, es representado a menudo dirigiéndose a grupos de animales que escuchan atentamente sus palabras.
Perros, gatos, conejos e incluso tortugas, algunos de ellos vestidos para la ocasión, esperaron junto a sus dueños para ser bendecidos en el día de su patrón. {jathumbnail off}