Obama busca apoyo por reforma migratoria en medio de disputa por ciudadanía para ilegales

Washington.- El presidente estadounidense, Barack Obama, y sus asesores buscarán esta semana apoyo para la reforma de la inmigración, en medio de un polémico debate en Washington sobre propuestas para actualizar las leyes inmigratorias.

Obama planea mantener una serie de reuniones este martes en la Casa Blanca con ejecutivos corporativos, líderes obreros y progresistas para intentar conseguir su respaldo, y envió a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, al suroeste para promover los esfuerzos del Gobierno en seguridad fronteriza.

La oleada de actividad, incluidas nuevas iniciativas en el Congreso, se da en medio de desacuerdos entre el presidente demócrata y los republicanos sobre el tema de la ciudadanía para inmigrantes ilegales, un obstáculo que podría hacer difícil el llegar a un acuerdo final sobre la legislación.

Se espera que Obama utilice su discurso del Estado de la Unión, el 12 de febrero, para mantener la presión sobre los republicanos, que se han mostrado más dispuestos a aceptar una revisión de las leyes inmigratorias tras ser rechazados por los votantes latinos en las elecciones de noviembre.

Pero las diferencias han aparecido desde que Obama y un grupo bipartidista del Senado presentaron sus propuestas la semana pasada para llevar a cabo la mayor revisión del sistema inmigratorio en décadas.

Obama quiere darle a los 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos un camino claro para obtener la ciudadanía y ha prometido presentar su propio proyecto de ley si el Congreso fracasa en su esfuerzo.

Pero los principales republicanos quieren postergar el tema de la ciudadanía hasta que las fronteras sean más seguras, un elemento que para Obama y la mayoría de sus colegas demócratas será difícil de aceptar.

Los asesores de Obama confían en que el presidente tiene la ventaja política en el tema inmigración, sobre todo porque creen que si los esfuerzos fracasan en el Congreso los votantes serán más propensos a culpar a los republicanos y se verán afectados en las elecciones legislativas de 2014.

La estrategia republicana podría verse en breve. El Comité Jurídico de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, donde la reforma enfrenta su mayor batalla, comenzará a mantener audiencias el martes, con una amplia mirada al sistema inmigratorio y a la seguridad fronteriza y cómo solucionar ambos temas.

Varios republicanos destacados, preocupados de que su partido haya alienado a los hispanos con su retórica contra la inmigración, han dejado en claro que quieren establecer un nuevo tono con el creciente electorado latino.

Más del 70 por ciento de los votantes hispanos apoyó a Obama en las elecciones presidenciales pasadas.

El martes en la Casa Blanca, Obama intentará convencer a empresarios y líderes obreros de que la reforma inmigratoria será buena para la frágil economía estadounidense y ayudará a impulsar la creación de empleo, dijeron funcionarios del Gobierno.

Se espera que la seguridad fronteriza sea un área difícil para lograr compromisos en el tipo de reforma que Washington ha impulsado por años pero que no ha podido lograr.

Obama y sus asesores han afirmado que su Gobierno tuvo éxito en reforzar los controles en la frontera, lo que resultó en la reducción del número de personas que intentan cruzar desde México. Pero algunos republicanos dicen que se debe de hacer más para prevenir un aumento de los inmigrantes ilegales cuando la economía doméstica se recupere.

Con información de Reuters

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