La espera para saber qué pasa con la salud propia puede ser un momento de gran tensión. La incertidumbre que genera el aguardar un diagnóstico puede generar más ansiedad que saber a ciencia cierta que se sufre una enfermedad seria, concluyó un nuevo estudio.
“Entrenar a los médicos para que sepan como hablar a los pacientes hace una gran diferencia, ya que pueden aliviar la tensión en el momento y ayudar a que sus pacientes tengan expectativas que los ayuden a lidiar con su problema”, dijo Elvira Lang, de la Escuela Médica de Harvard (Estados Unidos).
Una espera difícil
Para llegar a dichas conclusiones los autores trabajaron con 214 mujeres que estaban a punto de pasar por diferentes procedimientos ya sea para obtener un diagnóstico o como parte de un tratamiento por un problema de salud. Las voluntarias iban a tener una biopsia mamaria, un diagnóstico por un bulto sospechoso en un pecho, un tratamiento para cáncer de hígado o una terapia para tumores o fibromas de útero de diversa gravedad.
Justo antes de que comenzaran los procedimientos respectivos, cada mujer completó una serie de pruebas destinadas a medir su nivel de ansiedad. Los autores notaron que las damas que esperaban un diagnóstico mostraron el nivel más alto de stress, incluso al comparar sus nervios con los sufridos por las voluntarias que estaban en tratamiento por una enfermedad seria, como el cáncer de hígado.
“No saber un diagnóstico es una fuente muy fuerte de stress. Para un paciente, puede incluso ser tan serio como saber que se sufre de una enfermedad maligna o como estar al tanto de que se debe pasar por un tratamiento riesgoso”, explicó Lang.
La especialista agregó que la ansiedad generada por no saber realmente puede alcanzar niveles preocupantes. “Creemos que los profesionales de la salud y los pacientes no son totalmente concientes de esta realidad y, por ese motivo, minimizan la carga emocional que trae aparejado un examen diagnóstico”, afirmó Lang.
Con información de NeoMundo