Los queridos perros y gatos son mucho más que una simple compañía. Las mascotas brindan apoyo emocional y social a sus dueños, por lo cual son tan esenciales como los amigos y personas importantes de la vida.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado por la Universidad de Saint Louis y la Universidad de Miami (Estados Unidos). Los autores subrayaron que los propietarios de mascotas se sienten tan unidos a estos simpáticos compañeros como a las personas más cercanas, y este vínculo estrecho con los animales no afecta su cercanía a los familiares y amigos.
“En la investigación encontramos considerable evidencia de que las mascotas benefician las vidas de sus dueños, tanto psicológica como físicamente, al ser una importante fuente de apoyo social”, detallaron. Y este vínculo es importante tanto para las personas con problemas emocionales o físicos como para los individuos completamente sanos.
MASCOTAS PARA LA ALEGRÍA
Para llegar a dichas conclusiones los autores trabajaron con 217 personas. Algunos tenían mascotas y otros no. Todos contestaron un cuestionario que evaluó su personalidad, bienestar y el estilo de afecto que sentían. Y resultó que, en todos los casos, las personas con animales eran más felices, sanas y mejor adaptadas que los que no contaban con estos simpáticos compañeros.
En otra investigación los autores analizaron a un grupo de mujeres que tenían perros, para saber si ellas sentían que su mascota servía para satisfacer ciertas necesidades sociales. Y nuevamente, las felices dueñas tenían un mayor bienestar, mejor autoestima y una existencia significativa.
Un último experimento fue realizado con 97 jóvenes de 19 años y resultó que los que contaban con la feliz presencia de mascotas lograban sentirse mejor más rápidamente tras sufrir un rechazo social.
“Encontramos que las personas que tienen mascotas están mejor en muchos parámetros del bienestar, en comparación con los individuos que no tienen animales. Específicamente, los dueños de mascotas tienen una mejor autoestima, están mejor físicamente, se sienten menos solos, son más conscientes, más extrovertidos, menos temerosos y preocupados que los que no tienen animales”, concluyeron los autores. {jathumbnail off}