“La educación, para el ser humano, es un proceso en el cual concientemente éste tiene que reeducarse, y en la medida que más educado se encuentre va a lograr sus propios objetivos”, señaló el rector de la UNIVA de Guadalajara, Guillermo Alonso Velasco en su charla Educación y Valores: un Binomio inevitable, que se impartió como parte del curso IGLU 2010 que se realiza en la Universidad de Colima.
A diferencia de los animales, los seres humanos nacen con el potencial de ir más allá de los condicionamientos genéticos, dijo también el conferencista; “pero es por el proceso educativo que este potencial se hace realidad, y es aquí donde entran elementos como la libertad, la inteligencia y la capacidad de decisión”.
Para él, la educación tecnológica, que habilita al alumno para desempeñar ciertas capacidades técnicas, no es una educación completa; “sabemos que cualquier profesión necesita no sólo de capacitadores, competencias y habilidades técnicas, sino saber expresarse, escuchar, entender a los demás e imaginar lo que uno es y saber tomar decisiones oportunas”.
Guillermo Alonso dijo que el ser humano, a partir de la mitad del siglo XX vive una crisis de origen, de significado, de identificación, de función y de destino. “Cada día caminamos más de prisa, pero sin ser concientes. El hombre ha dejado de preguntarse por el sentido y por la meta de su vida en comunión y en relación íntima con los demás seres humanos en el mundo”.
Además, dijo que el ser humano vive continuamente en la búsqueda de su propio ser hasta encontrar la plenitud de su significado. La característica fundamental del humano, agregó, “es la conciencia de que se es, de que se existe, pero también de ser capaz de aspirar a hacer algo distinto y por lo tanto de aceptar los retos para conformar un mundo diferente y mejor de lo que tenemos”.
La acción educativa, añadió, “sólo puede aplicarse desde la necesidad de auto-hacerse, auto-generarse y construir el yo desde las fronteras de la libertad”. Educación, para él, “es una forma para encontrar el camino adecuado que permita a la conciencia satisfacer su necesidad de ser, de autodescubrirse, autodefinirse, de auto-poseerse y de auto-amarse; esto, aclaro, nada tiene que ver con la actitud ególatra, auto-concentrada”.
Dijo que toda educación “es una búsqueda de los valores, de los principios que hacen encontrar el sentido verdadero de la existencia”.
Finalmente, señaló que los valores son todo aquello que contribuye a encontrar el camino para que el hombre viva en armonía consigo mismo, con los demás y con el mundo, “son, en nuestro tiempo, un imperativo que no se puede marginar de lo que llamamos educar; sin esta clase de educación la humanidad volvería a su estado primitivo”.