La flexibilidad laboral es buena para los empleados y para la empresa. Las personas que pueden modificar cuando y donde trabajan, de acuerdo a sus necesidades individuales y sus responsabilidades, logran un mejor equilibrio entre la vida familiar y laboral y, a su vez, disminuye la posibilidad de que renuncien a la compañía donde se encuentran, concluyó una nueva investigación.
Phyllis Moen, de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), dijo que esta posibilidad hace que los empleados tengan un mejor control y esto los beneficia a ellos y a su familia. “Es posible ampliar el acceso al control del horario y, de esta manera, aliviar los conflictos entre la vida laboral y familiar”, sostuvo el especialista, que publicó las conclusiones en la revista American Sociological Review.
LAS VENTAJAS DE SER FLEXIBLE
Los autores realizaron una encuesta a 600 empleados que participaron de un programa de su empresa donde se les proporcionaba bastante flexibilidad, ya que podían cambiar su lugar y horario de trabajo sin pedir permiso de sus superiores ni notificarlos.
Los hombres y mujeres que aprovecharon esta iniciativa lograron disminuir el conflicto entre la vida familiar y laboral y mejoraron la calidad del tiempo que compartían con sus seres queridos. A su vez, las madres lograron controlar mejor los momentos que pasaron con sus hijos y disfrutar más estos ratos en familia.
La flexibilidad también fue una buena noticia para la empresa ya que disminuyó un 45% la tasa de recambio de empleados. En ocho meses, solo el 6% de los participantes dejó la empresa mientras que el 11% de los que no disfrutaron de la flexibilidad decidieron cambiar de empleo.
Moen dijo que al demostrar que la flexibilidad disminuye las renuncias cambia el foco de la discusión. Para el especialista, el debate ya no es si una persona elige a la familia sobre el trabajo sino “como los empleadores pueden cambiar el lugar de trabajo para satisfacer las necesidades de los empleados de una manera más amplia”.