A un año, sólo 16 mil trabajadores de LyFC faltan por cobrar liquidación

En medio de reclamos, marchas, juicios y amenazas de los sindicalistas, hoy se cumple un año del decreto oficial que realizó el gobierno federal sobre la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro, por su supuesta ineficiencia en la operación e inviabilidad financiera.

 

Al menos 16 mil de los 44 mil trabajadores que estaban activos en esa empresa al momento de ser decretada la extinción se mantienen en resistencia, 28 mil aceptaron su liquidación y más de 22 mil jubilados cobran sus pensiones normalmente, mientras dos facciones se disputan la titularidad del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) fue el encargado de asumir la titularidad en el proceso de liquidación del organismo paraestatal, con la directriz de la Secretaría de Energía (Sener).

La Comisión Federal de Electricidad (CFE), en tanto, opera el servicio en la que fue área de competencia de LyFC y que comprendía todo el Distrito Federal, 80 municipios del Estado de México, dos municipios de Morelos, dos de Puebla y cinco de Hidalgo.

Aproximadamente a las 23:00 horas del 10 de octubre de 2009 elementos de la Policía Federal Preventiva, sin incidentes de violencia, tomaron simultáneamente las oficinas centrales y subestaciones de LyFC en la capital del país y en los estados donde había instalaciones de ese organismo.

En el decreto de extinción expedido por el Ejecutivo federal el 11 de octubre de 2009, publicado en la edición de ese mismo día del Diario Oficial de la Federación y explicado por el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se enumeran en tres incisos las razones para el cierre de la paraestatal.

Primero se señalaba que el porcentaje de pérdidas totales de energía de LyFC era excesivo y superior casi tres veces al de la CFE, y que casi ninguna empresa del mundo reporta esas pérdidas. Hasta junio de 2009 la compañía de luz perdió 30.6 por ciento de energía, mientras que la Comisión Federal de Electricidad perdió 10.9.

Como segundo punto aseguraba que en 2008 LyFC perdió 32.5 por ciento de la energía que compraba y generaba para vender. El valor estimado de esas pérdidas totales ascendió a casi 25 mil millones de pesos, lo que representaba 52 por ciento de ventas del organismo.

En tercer lugar añadía que en el mejor de los casos los costos unitarios de las obras que ejecutaba Luz y Fuerza del Centro eran 176 por ciento superiores respecto de los costos de la CFE.

En la exposición de motivos se asentó que desde su creación el organismo no había cesado de recibir transferencias presupuestarias cuantiosas que, lejos de disminuir, se habían incrementado en años recientes.

De 2001 a 2008 tales transferencias se incrementaron más de 200 por ciento, y para el ejercicio 2009 serían del orden de 41 mil 945 millones.

De continuar el mismo comportamiento se calculaba que podrían alcanzar 300 mil millones de pesos durante la presente administración; se aseguraba que los costos de LyFC casi duplican sus ingresos por ventas.

De 2003 a 2008 registró ventas por 235 mil 738 millones de pesos, mientras sus costos fueron de 433 mil 290 millones, incluyendo la energía comprada a la CFE.

El organismo registraba un pasivo laboral de 240 mil millones de pesos, de los cuales solamente 80 mil millones correspondían a trabajadores en activo y 160 mil millones a personal jubilado.

En ese contexto se recordó que el 28 de septiembre de 2009 la Sener propuso la desincorporación por extinción de LyFC y que la Comisión Intersecretarial de Gasto Público, Financiamiento y Desincorporación emitió un dictamen favorable a dicha propuesta.

Las secretarías de Hacienda, de Energía y del Trabajo debían coordinarse a efecto de que las indemnizaciones a los empleados fueran pagadas en el menor tiempo posible, y las dos primeras se encargarían de que el liquidador recibiera los recursos necesarios.

Dadas esas circunstancias, para la liquidación de los trabajadores se abrieron tres etapas que incluyeron compensaciones adicionales a las que por ley corresponden en casos de ese tipo; es decir, que se les entregaría un pago extraordinario además de lo que prevén la Ley Federal del Trabajo y el Contrato Colectivo de Trabajo.

Se ciñeron a este programa voluntario aproximadamente 28 mil trabajadores; los 16 mil que se negaron a aceptarlo mantienen su resistencia en espera de recuperar su fuente de trabajo y en reclamo de que la CFE se asuma como patrón sustituto.

Este proceso de liquidación de LFC coincidió con un complicado escenario para el sindicato de electricistas, que había realizado a mitad de 2009 un proceso interno de elección para renovar a una parte de sus Comité Central, incluida la Secretaría General.

Dos planillas compitieron por esas carteras: una encabezada por Martín Esparza Flores y otra por Alejandro Muñoz Reséndiz. El resultado inconformó al segundo, quien acudió a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) para impugnar el proceso debido a presuntas irregularidades.

La Dirección General de Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) resolvió que las anomalías eran tales que la obligaban a no entregar la Toma de Nota a la planilla que supuestamente había ganado el proceso, encabezada por Esparza Flores.

 

Tomado de: La Cónica de Hoy.

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