Aguascalientes.- En el periodo de 1990 a 2015, el porcentaje de adolescentes entre 12 y 19 años que vivían en unión libre aumentó de 2.5 a 5 por ciento, mientras que el porcentaje de casados disminuyó de 4 a 1.6 por ciento.
Con motivo del Día de San Valentín, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que en 2015, el porcentaje de la población alguna vez unida de 12 a 19 años es de 7 por ciento, cuando en 1990 era de 6.8 por ciento.
El Inegi destaca que conocer la situación el matrimonio adolescente permite visualizar las tendencias de unión en distintos momentos históricos.
En México la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014 indicó que más de la mitad de las mujeres alguna vez unidas de 15 a 49 años (51.4 %) lo hicieron por primera vez antes de cumplir 20 años.
En este grupo poblacional “unido” considera a las parejas que vivieron en unión libre, casadas, separadas, divorciadas y viudas.
Distribución
En 1990 el 92.9 por ciento de este grupo poblacional se declaró soltero, mientras que el 4 por ciento estaba casado, el 2.5 en unión libre y el 0.3 por ciento anteriormente unido.
Sin embargo, en 2015 el 92.3 por ciento se anunció soltero, mientras que el porcentaje de unión libre aumentó a 5 por ciento y el de casados disminuyó a 1.6 por ciento, por su parte los ex unidos se mantuvieron con 0.4 por ciento.
Enfocándose únicamente en la población unida (casada o en unión libre) de 12 a 19 años, se observó que en 2015 hubo más mujeres (846 004) que hombres (315 582) en esta situación conyugal.
Perfil sociodemográfico mujer
Considerando a las adolescentes unidas, 33.3 por ciento vive en un hogar nuclear y 64.4 por ciento reside en un hogar ampliado o en un hogar compuesto.
El 90.3 por ciento no asistía a la escuela y 73.5 por ciento declaró que tienen algún grado aprobado en la primaria o secundaria; mientras que 25 por ciento solo tiene algún grado aprobado en el nivel medio superior o superior.
El 11.7 por ciento formó parte de la población económicamente activa y la gran mayoría (60.4%) tiene al menos un hijo vivo.
Perfil sociodemográfico varón
De los varones de 12 a 19 años que están unidos, el 26.7 por ciento reside en un hogar nuclear, mientras que el 70.5 por ciento lo hace en un hogar ampliado o compuesto.
El 89.1 por ciento no asistió a la escuela, el 72.9 por ciento tiene algún grado aprobado en primaria o secundaria y 25.4 por ciento cuenta con algún grado en el nivel medio superior o superior.
El 85.8 por ciento, la mayoría de estos adolescentes, son parte de la población económicamente activa.
Matrimonio adolescente
El Inegi detalló que los datos muestran que el porcentaje de matrimonio adolescente, donde al menos uno de los cónyuges tiene menos de 18 años, ha disminuido notablemente.
En 1995 el número de mujeres que contrajo matrimonio antes de los 18 años fue de 105 mil 66 mujeres, lo que representa el 16 por ciento del total de matrimonios registrados ese año.
En 2016 el número de mujeres que se casó es de 9 mil 871 y su proporción disminuyó 1.8 por ciento. Por su parte, el porcentaje de hombres que contrajo matrimonio antes de cumplir 18 años es inferior al de las mujeres 3.5 por ciento en 1995 y 0.3 por ciento en 2016.
Edad de los cónyuges
En cuanto a la edad del cónyuge de las mujeres que se casaron en 2016 y lo hicieron con menos de 18 años, el 1.2 por ciento se casó con hombres menores a ellas, el 5.1 por ciento ambos tenían la misma edad y en 93.6 por ciento el hombre era mayor que ella.
Para estos últimos, el 66.7 por ciento de las parejas tienen una diferencia de edad no mayor a los 5 años; el resto tiene una diferencia de 6 años o más, de los cuales destacan 712 parejas donde él es más de 10 años mayor que su pareja.
Para las instituciones que realizan política pública, estos datos resultan de gran interés, ya que según la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, el matrimonio u otro tipo de unión “a edades muy tempranas y con grandes diferencias de edades respecto de la pareja, aumentan la vulnerabilidad de estas adolescentes; al propiciar el desequilibrio de poder al interior de la pareja y las pone en un riesgo continuo de abuso basado en la construcción social de un enfoque de género no equitativo ni de igualdad”. BP