La diabetes no sólo afecta a los humanos, también a las mascotas, debido a que el sobrepeso y una mala alimentación, además de la predisposición genética a la enfermedad, se da prácticamente por igual entre personas así como en perros y gatos.
Aunque no hay estadísticas que indiquen el número de estos animales que padecen la enfermedad, la clínica veterinaria de la UNAM recibe al año aproximadamente a 20 perros y 10 gatos, informó Jesús Martín Heredia, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la máxima casa de estudios.
Mucha paciencia y prudencia deben tener los propietarios de animales diabéticos, porque los cuidados son los mismos que se le tienen a una persona con este padecimiento, comentó el especialista.
En entrevista, explicó que la diabetes mellitus es una enfermedad que siempre han tenido perros y gatos y es muy común en ellos; “no es raro que las mascotas puedan tener lo mismo que nosotros y dentro de ellos está la diabetes”, señaló.
Agregó que a través de los años ha aumentado el conocimiento que tiene la gente de que los animales padecen esta enfermedad, “pero es algo muy común que se presente tanto en perros como en gatos”.
Manifestó que en los canes la diabetes se presenta un poco diferente a los mininos; en éstos es muy similar a la de las personas porque tienen muchos factores predisponentes y padecen sobre todo la diabetes tipo 2, mientras que la tipo 1 se presenta más en perros.
El principal factor predisponente de diabetes en los gatos es la obesidad y la alimentación desbalanceada; también cuando se recibe tratamiento con medicamentos que contienen cortisona, pues se deteriora el páncreas y crea insuficiencia para producir insulina, o cuando se aplican métodos hormonales para evitar la gestación.
Martín Heredia señaló que los médicos que sugieren esas hormonas predisponen a los pacientes animales a desarrollar diabetes, y en esos casos lo mejor es esterilizar al animal si no se desea la reproducción.
En cuanto a lo costoso que resulta para el dueño el tratamiento de un perro o gato diabético, comentó que al igual que el ser humano los animales con este padecimiento requieren diagnósticos adecuados, pruebas para medir la glucosa, el tipo de insulina y dosis que se va a administrar y los chequeos médicos periódicos.
No obstante, advirtió que si existe predisposición genética en el animal para desarrollar la diabetes por mucho que se le cuide la desarrollará, pero de no haberla recomendó cuidar el sobrepeso del perro o gato y darle un alimento adecuado.
En caso de sospecha del padecimiento, el veterinario aconsejó llevarlo al médico para tratarlo de inmediato, pues mientas más temprano se diagnostique y se tenga tratamiento hay mejor pronóstico de vida; “pueden durar muchísimos años si se les tiene controlados”, aseveró.
Algunas de las señales para detectar esta enfermedad en canes y mininos es que empiezan a comer mucho, pero bajan de peso y toman mucha agua, expuso.