El deslave en el norteño departamento de Antioquia, en Colombia, dejó sepultadas a 30 personas. De los que se encontraban en la carretera que quedó bajo la tierra, las autoridades creen que no hubo sobrevivientes.
El director del Departamento Administrativo del Sistema de Prevención y Atención de Desastres (Dapard), John Fredy Rendón, dijo que es improbable que haya personas con vida por la magnitud del derrumbe.
Aunque informó que se mantendrán las tareas de búsqueda en la zona, Rendón aclaró que es muy difícil localizar los cuerpos debido a la gran cantidad de tierra y lodo que se desprendió de la montaña, a causa de las lluvias.
El gigantesco alud, de más de 80 mil metros cúbicos, cayó sobre la carretera que une a la ciudad de Medellín con la región norteña de Urabá, cuando varios viajeros la usaban.
El director del Dapard dijo que la búsqueda de las víctimas se realiza con la ayuda de 10 perros entrenados por la Policía, aunque insistió en que la posibilidad de hallar sobrevivientes está descartada.
Las fuertes lluvias que caen en gran parte de Colombia han dejado este año más de 80 muertos y alrededor de 800,000 damnificados, la mayor parte por deslaves, inundaciones y desborde de ríos.