Agosto ha sido el mes más mortífero para las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán desde que comenzó el conflicto, hace casi 10 años.
En este mes 66 soldados estadounidenses han muerto, superando a julio de 2010, cuando murieron 65, según un recuento de CNN.
Casi la mitad de las muertes de tropas en agosto ocurrieron el día 6 de ese mes, cuando los insurgentes derribaron un helicóptero en la provincia centro-oriental de Wardak.
En el ataque 30 miembros del servicio estadounidense —incluyendo 17 SEALs de la Marina— murieron en ese ataque, la pérdida más grande de vidas de tropas de Estados Unidos desde que comenzó la guerra en Afganistán, a finales del 2001.
Los militantes talibanes se adjudicaron el derribo del helicóptero, con una granada propulsada por cohete.
El aumento de las muertes de las fuerzas de Estados Unidos ocurre mientras la OTAN entrega el control de la seguridad a las fuerzas nacionales.
Está programado que cerca de 10,000 elementos de Estados Unidos salgan de Afganistán a finales de año, y que todo el personal militar estadounidense deje ese país a finales de 2014.
Con información de CNN