PARA PENSAR
Por: Carlos Moisés Hernández Suárez
El intestino de los seres humanos se ha considerado importante desde que nos dimos cuenta de que todos tenemos uno.
Sin embargo, ha sido objeto de estudio intensivo durante los últimos diez años, y lo que se ha encontrado, todavía no es muy popular que digamos. Hallazgos increíbles. A veces me pregunto porque solamente la exploración del espacio o del corazón de las partículas atómicas llaman tanto la atención, cuando el universo que traemos dentro no se queda atrás. Voy a intentar hacer un breve resumen. Si usted no se asombra, es que ya envejeció mentalmente. La capacidad de asombrarse es el mejor indicador de actividad mental.
Observe un toro. Vea lo musculoso que es. La gran pregunta es ¿por qué un animal que se alimenta principalmente de pasto puede desarrollar tremenda musculatura? La explicación es sencilla: un toro tiene cuatro estómagos, llamados rumen, retículo, omaso y abomaso. Todo lo que el toro se echa a la boca entra primero al rumen, que es una cámara muy grande de unos 100 a 150 litros de capacidad y esa cámara está llena de microorganismos principalmente bacterias y protozoarios que son los que digieren el pasto. Ponga mucha atención: el toro se traga el pasto, pero esos microorganismos dentro del rumen del toro son los que lo digieren. Todos los días, aproximadamente de medio kilo a un kilo de microorganismos mueren y pasan a los otros estómagos. Estos microorganismos tienen proteína de muy alta calidad, y son pues, el verdadero alimento del toro. Por eso el toro desarrolla esa musculatura: en realidad se alimenta principalmente de microorganismos de muy alto valor nutricional.
Desde hace mucho se sabe que en el intestino de los seres humanos, los nutrientes ya digeridos en la boca y el estómago se pueden absorber directamente, pero también hay todo tipo de microorganismos que tienen la misma función que en el rumen del toro: digieren los alimentos y luego son absorbidos por el intestino. Por eso, cuando consumimos antibióticos, adelgazamos, porque los antibióticos barren con los microorganismos del intestino y ya no podemos aprovechar los alimentos de una forma eficiente.
En la siguiente entrega mencionaré los hallazgos recientes de cómo los microorganismos del intestino regulan diabetes, obesidad, artritis, autismo, etc.