COLIMA.- En el municipio de Colima, el Centro de Desarrollo Integral Albatros IAP se ha convertido en un símbolo de esperanza y empatía para cientos de familias. Desde su creación hace 18 años, esta organización sin fines de lucro ha trabajado incansablemente para apoyar a personas con discapacidad, ayudándolas a desarrollar habilidades que les permitan integrarse plenamente en la sociedad, ya sea en el ámbito laboral, escolar o social.

Bajo la dirección de Luisa González André, Albatros no solo ofrece rehabilitación integral a través de terapias en áreas como lenguaje, motricidad, cognición, terapia visual y psicomotricidad, sino que también se erige como un pilar fundamental para quienes enfrentan la difícil realidad de la discapacidad.

“Cualquiera puede adquirir una discapacidad en cualquier momento de su vida. Ya sea por un accidente, una enfermedad o simplemente por el paso de los años, nadie está exento. Por eso, la inclusión y la empatía son esenciales para construir una sociedad más justa y humana”, enfatiza la directora.

Un llamado a la empatía y la inclusión

La realidad de las personas con discapacidad en Colima y en el país sigue enfrentándose a retos significativos. A pesar de algunos avances en la conciencia social, todavía existen barreras en términos de accesibilidad, oportunidades laborales y aceptación en las escuelas. Según González André, aún queda mucho camino por recorrer, aunque la gente está más acostumbrada a ver a personas con discapacidad en las calles, falta empatía y, sobre todo, voluntad para abrirles espacios.

En este contexto, el trabajo de Albatros va más allá de la rehabilitación física. La institución se convierte en una fuente de esperanza para las familias que enfrentan la incertidumbre y el temor al futuro. Un ejemplo reciente es el caso de Jesús Alejandro, un niño de 14 años con parálisis severa que requería un dispositivo de alimentación especial. Su madre llegó desesperada a Albatros buscando ayuda, y gracias al esfuerzo colectivo de la comunidad, se logró recaudar los fondos necesarios en pocos días. Además, el apoyo excedente será utilizado para cubrir otros gastos relacionados con su rehabilitación.

“Lo más importante que podemos ofrecer a las familias es esperanza. Cuando un padre o madre siente que hay opciones, que no están solos, eso cambia todo”, asegura González André, quien también destaca que muchas veces lo que más necesitan las personas es una guía, alguien que las oriente y les dé el empujón inicial hacia la solución de sus problemas.

Un proyecto que une solidaridad y sostenibilidad

Además de su labor directa con las personas con discapacidad, Albatros lidera un innovador proyecto de reciclaje que ha tenido un impacto tanto en la institución como en el medio ambiente. Este programa recolecta materiales reciclables como papel, cartón, vidrio, aluminio, plástico y electrónicos, convirtiéndolos en recursos que se destinan al mantenimiento y operación del centro.

“El año pasado logramos reciclar 500 toneladas de material. No solo ayudamos a nuestros niños y adultos, sino que también contribuimos a disminuir la carga en los rellenos sanitarios, beneficiando a toda la comunidad”, explica la directora.

El reciclaje ha sido tan exitoso que se ha convertido en uno de los pilares financieros de la institución. Además, con los fondos generados, Albatros pudo adquirir la escritura de un terreno donde planea construir su propio centro de rehabilitación. Este proyecto representa un sueño largamente anhelado que permitirá ampliar la capacidad de atención y mejorar las instalaciones para ofrecer un mejor servicio a las familias colimenses.

Cómo ayudar a Albatros

Para quienes deseen contribuir a esta noble causa, existen diversas formas de hacerlo. Desde donaciones económicas, que ayudan a cubrir gastos operativos y terapias, hasta el voluntariado, donde las personas pueden aportar su tiempo y habilidades para apoyar a los beneficiarios. También es posible participar donando materiales reciclables o comprando en el bazar que organiza la institución.

Albatros tiene un horario flexible para recibir materiales reciclables en su centro de acopio ubicado en Tercer Anillo Periférico, junto a la gasolinera La Honradez. Además, la institución está abierta a establecer contenedores en colonias y empresas que deseen sumarse a este esfuerzo, siempre y cuando los vecinos se comprometan a utilizarlos exclusivamente para reciclaje.

Más allá de la ayuda: transformar vidas

 

El impacto de Albatros no se limita a quienes reciben directamente sus servicios. La directora González André subraya que ayudar a otros también transforma a quienes ofrecen su apoyo: “Dicen que cuando ayudas a alguien, liberas hormonas de la felicidad. Cambias tu vida y te conviertes en una mejor persona. La empatía nos beneficia a todos”.

Con este espíritu, Albatros sigue trabajando para garantizar que nadie se quede sin atención. Ya sea un niño que necesita una terapia, un adulto que busca reintegrarse tras un accidente o una familia que no sabe por dónde empezar, esta institución está ahí para ofrecer una mano amiga.

En estas fechas decembrinas, el llamado a la solidaridad cobra especial relevancia. La directora concluye con un mensaje inspirador: “Ayudar no es un favor, es una oportunidad para crecer como seres humanos. Juntos podemos construir un mundo más inclusivo, donde todos tengamos un lugar y una oportunidad”.

Derechos Reservados AF