Por Héctor Romero Fierro
Ya tienen mucho tiempo los gobernadores renegando por el irregular manejo del Presidente Manuel Andrés López Obrador (MALO), derivado de la interpretación que este gobierno hace del Convenio de Coordinación Fiscal, por lo que le han insistido a López celebrar una Nueva Convención Nacional Fiscal para ajustar a la realidad ese pacto, suscrito voluntariamente por la totalidad de entidades federativas, el entonces Distrito Federal y el Gobierno Federal.
Esto no es nuevo, precisamente para ponerse de acuerdo en el tema de los repartos fiscales se han celebrado cuatro Convenciones Nacionales Fiscales, la primera en 1925, la segunda en 1933, la tercera en 1947 y la cuarta en 2004, esta última, es la que sentó las bases del sistema que actualmente opera.
Se me hace imposible que un Presidente se niegue a reunirse con los gobernadores, máxime que son los estados que mayor riqueza (PIB) generan al país, situación que provoco hace ya varias semanas que 10 gobernadores agrupados en la llamada Alianza Federalista de plano abandonarán la Conferencia Nacional de Gobernadores, conocida por todos como la CONAGO.
Durante el fin de semana se sumaron tres gobernadores y planean hacerlo cientos de presidentes municipales, argumentando medularmente que no tenía caso seguir en ésta, cuando el Presidente ni los escuchaba y menos se veía dispuesto a revisar ese obsoleto pacto fiscal y modificarlo a las necesidades del siglo XXI.
Fueron ignorados, por lo que los gobernadores externaron su molestia señalando que de no corregirse esta situación “podrían” salir del Convenio de Coordinación Fiscal, vigente insisto, desde 2004.
Hace unos días, cada uno en su estado, hizo público su desacuerdo con el trato que estaban recibiendo de la federación en términos políticos y en términos fiscales, en medio de la discusión del Presupuesto de Egresos de 2021, y amagaron con abandonar el pacto fiscal, la respuesta de Lopez Obrador, en lugar de ser congruente y mesurada ante una petición justa y razonable fue de que como “él lo hacía con respeto a la democracia”, deberían consultar a sus poblaciones sobre si deseaban o no abandonar el pacto federal, y que no se podría pues se tendría que cambiar la Constitución.
A lo largo de nuestra carta magna en ningún lado menciona la existencia del Convenio de Coordinación Fiscal y menos señala que pueda ser “inconstitucional” decidir no seguir perteneciendo a ese sistema, al cual insisto los estados ingresaron voluntariamente a él y en la misma forma pueden abandonarlo.
Es una verdadera estupidez pedir que se haga como resultado de una encuesta, para eso están los diputados que nos representan y solo bastaría la declaración de los Congresos de los Estados para comunicarle a la Federación tal determinación.
Hábilmente los gobernadores le tomaron la palabra e impulsarán “consultas populares” para decidir si su población está de acuerdo con que exijan un trato mas justo al gobierno federal, no creo que alguien en su sano juicio dijera que no.
Un tema que era simplemente económico lo llevo erróneamente MALO a la arena política con muchas probabilidades de perder imagen y votantes.
Los gobernadores defienden los intereses de millones de ciudadanos que representan, en cambio el Presidente solo da la imagen de una insacible necesidad de dinero para sus proyectos faraónicos. Dice López que reunirse con estos gobernadores dañaría su investidura, pero no duda en liberar al hijo del Chapo o reunirse con la mamá de ese delincuente o, acompañado de la “no primera dama” haciéndose una “limpia” se sienta chamán con encantamientos prehispánicos y sin importarle que le ahumaran la vestidura y dentro de Palacio Nacional, o cuando se disfraza de florero o hamburguesa, mientras en país cae en pedazos.
La defensa en redes, que nadie cree, fue inundar por medio de bots éstas, afirmando que la aprobación de MALO en esas entidades federativas es del 70%, situación completamente falsa.
El fondo de esto es el pésimo trato que reciben los Estados y la ilegal disposición, en menos de dos semanas, de cantidades exhorbitantes de dinero, primero 38 mil millones de pesos de los fideicomisos y luego 33 mil millones de pesos del Fondo de Salud, recurso que pretende gastar Lopez sin rendición de cuentas alguna, así como no han justificado la pérdida de operación de las empresas PEMEX y CFE, o la rendición de cuentas de la rifa del avión. Urgen contrapesos en el Congreso de la Unión. Solo PEMEX ha reportado pérdidas de casi un billón de pesos en lo que va de la administración de MALO.
En otro tema, ante la efervescencia electoral del vecino estado de Nayarit, donde es indiscutible que el triunfo por la gubernatura será de MORENA, nadie entiende cómo el Presidente permitirá contender como precandidato al Dr. Miguel Ángel Navarro Quintero, senador de la República, dado su gran cercanía al exgobernador de ese Estado, Roberto Sandoval, acusado de nexos con los cárteles de la droga y muchas veces acusado de colaborar con su hijo en manipular múltiples licitaciones en el IMSS, tanto en ese estado como en Jalisco. ¿Si así es como senador, qué pasaría de llegar a Gobernador? Creo que a Nayarit le conviene más la candidatura de quien fuera el Super Delegado en ese Estado, Manuel Peraza Segovia.