Llevar una dieta equilibrada que cubra las necesidades nutricionales requiere información y la posibilidad de acceder a una diversidad de alimentos. Cuando esto no ocurre, y la dieta resulta carente de nutrientes esenciales, devienen problemas de salud que pueden ser graves. La biotecnología, mediante la producción de alimentos modificados genéticamente, ofrece soluciones puntuales a casos de malnutrición severa por carencia de vitaminas. A pesar de sus beneficios, los alimentos “bio-fortificados” despiertan polémica.
Alimentos mejorados para los consumidores
Las técnicas de ingeniería genética permiten mejorar cultivos no solo en beneficio de los agricultores, que ven aumentados sus rendimientos, sino también con el fin de satisfacer directamente las necesidades de los consumidores.
Por ejemplo, se están desarrollando alimentos más sanos a través de la eliminación o la disminución de los niveles de toxinas o alérgenos, y la modificación en la proporción de nutrientes. Entre ellos:
• Gluten apto para celíacos
• Mandioca (yuca) con menor contenido de tóxicos
• Soja menos alergénica
• Tomates con mayor contenido de sustancias antioxidantes
• Cultivos oleaginosos con mayor contenido de ácidos grasos saludables
• “Arroz dorado” rico en vitamina A
Arroz para prevenir la ceguera
El “arroz dorado” debe su nombre al color amarillo del grano. Esa tonalidad se origina ya que la planta contiene mayor proporción del pigmento beta-caroteno, en comparación con el arroz tradicional. El beta-caroteno es el mismo que le da su color a la zanahoria y al tomate, entre otros.
Se trata de un tipo de arroz al que se le ha introducido la información genética para fabricar más beta-caroteno, que realza su color. Esta modificación no responde a un fin gastronómico, sino de salud. El beta-caroteno es el precursor de la vitamina A, un nutriente al que se le atribuyen propiedades beneficiosas para la visión.