En una suerte de toma de posesión alternativa, el gobierno movilizó a simpatizantes del presidente Hugo Chávez, quien debido al cáncer que padece se convirtió el jueves en el primero en más de medio siglo de democracia en Venezuela en faltar a su propia juramentación.
Aunque no haya técnicamente una toma de posesión debido a la ausencia del actor político principal, el gobierno impulsó una masiva concentración callejera como si en realidad Chávez estuviera presente, en una colorida manifestación en la que miles de empleados públicos y personas afectas al chavismo se concentran en el centro de la ciudad y expresan su fervor por el líder ausente.
«Venimos para darle apoyo, para que él sepa que su pueblo está con él», dijo Anny Márquez, una secretaria de 37 años quien llegó la víspera a Caracas en autobús desde la oriental ciudad de Barcelona para asistir al acto.
A Chávez «lo estamos acompañando tanto en las buenas como en las malas», agregó Márquez, quien llevaba una camiseta en la que se leía en el pecho «Yo soy Chávez».
Al ser consultada sobre si aún cree que Chávez puede mejorar, Márquez sólo replicó que «imagino que él, como está teniendo su tratamiento, está mejorando».
El gobierno ha sido parco en sus reportes sobre el estado de salud del hombre a quien denomina «comandante presidente», conocido por su locuacidad y viveza, y ya se comienza a extrañar que ni siquiera haya tenido un contacto telefónico desde La Habana, donde es atendido.
A pesar de la incógnita sobre su verdadero estado de salud y el último informe oficial del 7 de enero que señaló que el estado del mandatario es «estacionario», el centro de Caracas, que amaneció bajo un brillante cielo azul, parecía un día de fiesta: algunas calles se cerraron para darle paso a los manifestantes, retumbaban parlantes con canciones de hip-hop y salsa y desde camiones que trasladaban a simpatizantes se oían vivas a Chávez.
El ambiente contrastaba con el de hace pocos días cuando desde el gobierno se impulsaron misas y los ministros asistieron a solemnes actos religiosos, al tiempo que se suspendieron las fiestas oficiales en plazas públicas por la Navidad.
Marcelo Villegas, un maestro de 52 años que llevaba una gorra de béisbol con los colores amarillo, azul y rojo de la bandera de Venezuela, lamentó que «Chávez no puede estar con nosotros hoy».
«Pero nosotros, el pueblo, representamos a Chávez», dijo. «El es y siempre será nuestro líder», agregó.
El gobierno, a través del vicepresidente Nicolás Maduro, sólo ha dicho que este 10 de enero comienza el nuevo sexenio para el cuál Chávez fue elegido el 7 de octubre.
Chávez, de 58 años, partió a La Habana el 10 de diciembre para someterse a una cuarta cirugía por cáncer y desde entonces no se lo ha visto ni oído públicamente.
Esta semana, Maduro informó que por recomendación médica Chávez debía ausentarse de los actos de la jornada, lo que convirtió al convaleciente dirigente en el primero en faltar a su juramentación presidencial desde que se implantó el régimen democrático en Venezuela en enero de 1958.
No se ha informado una posible fecha de retorno de Chávez al país o incluso si sería posible que lo hiciera para retomar sus labores.
Sus simpatizantes, sin embargo, eran movilizados desde temprano y se podían ver autobuses frente a sedes de empresas públicas —como Petróleos de Venezuela o la compañía telefónica— para transportar a personas enfundadas en camisas rojas, que tradicionalmente han identificado al chavismo.
Para el mediodía se hará una concentración de simpatizantes oficialistas en las adyacencias del palacio de Miraflores, la sede de gobierno, en el centro de la ciudad.
Se espera la asistencia a ese acto de algunos líderes latinoamericanos, como los presidentes José Mujica de Uruguay, Evo Morales de Bolivia, y Daniel Ortega de Nicaragua, así como primeros ministros de islas del Caribe y cancilleres de Argentina y Ecuador.
«Chávez es el presidente de este país, ratificado y reelecto», dijo Maduro el miércoles por la noche en un acto en la sede de gobierno. Este 10 de enero, agregó, «comienza un nuevo período de gobierno».
«Vamos a hacer un gran acto en homenaje al presidente Chávez. Vamos a juramentarnos todos… es un día histórico, se inicia el mandato del presidente Chávez 2013-2019», agregó Maduro.
El vicepresidente invitó a «todo el mundo a la calle, con serenidad, tranquilidad, seguridad y en solidaridad con el comandante Chávez», mientras recordaba el eslogan de «todos somos Chávez», una estrategia de permanente recordación del mandatario.
La oposición, a través de distintos voceros, ha expresado sus deseos de que Chávez se recupere al tiempo que ha recordado que en los comicios de octubre sólo fue elegido Chávez y no sus ministros. En Venezuela, cargos como el vicepresidente son de designación del jefe de Estado y no de elección popular.
Henrique Capriles, gobernador del estado central de Miranda y principal vocero opositor, indicó la víspera en una conferencia de prensa que a los delegados de Chávez les correspondía dejar las palabras y comenzar a actuar para atender acuciantes problemas como la criminalidad, la inflación o la escasez de algunos alimentos. {jathumbnail off}