ALREDEDOR DE TODO EL MUNDO

ALREDEDOR DE TODO EL MUNDO
Por: Juan Carlos RECINOS 

              All around the world es una de las canciones más emblemáticas de la banda irlandesa Oasis. La canción es un viaje a no sé dónde. Es una puerta a todos lados y a un destino que no conocemos pero que sabemos que existe en cada uno de nosotros, es una ruta al corazón.
Aquí y allá, todos los lugares, arriba y abajo, blanco y negro, sí y no. Amor y odio. Hasta Dios cabe en esta canción. Es una obra monumental que parece decirnos todo lo que no nos gusta que los demás nos digan, incluso las cosas del amor.

All around the world inicia con un caleidoscopio de colores hasta llegar a una niña deshojando una margarita blanca. La escena parece un Tenango que nos va contando una historia de vida: la tuya, la mía, la de todos nosotros, incluidos los animales y las plantas, el cielo, el mar y la tierra. La niña sentada en el suelo arranca los sépalos con una delicadeza que deja entrever todo lo que le duele ―la vida siempre nos duele a todos―. Cada sépalo que arranca es la brevedad de la vida y la muerte. Verla arrancando los sépalos de la margarita me recuerda una escena de la infancia, y que, más de un enamorado lo hizo: deshojar una margarita pronunciando la frase del idilio amoroso me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere….

Esa historia la he escuchado una infinidad de veces. Uno comienza a arrancarle los sépalos y va pronunciando la frase antes dicha y termina uno satisfecho cuando el último sépalo que arrancamos lo acompaña la frase me quiere. Luego lo lanzamos al aire para que tome la dirección que el viento quiera, sabiendo de antemano que la respuesta que el azar nos ha dado, nos favorece. Pero ¿qué pasa cuando el azar y la realidad no coinciden en lo absoluto? Nunca me lo había preguntado y tampoco creo tener la respuesta, pero en la canción aparece un estribillo que sentencia esto de manera absoluta:

It’s a bit early
In the midnight hour for me
To go through all the things
That I want to be.
I don’t believe in everything I see.
You know I’m blind

(Es un poquito temprano
A esta hora de la medianoche para mí
Para revisar todas las cosas
Que quiero ser.
No creo en todo lo que veo.
Sabes que estoy ciego)

Parece que el azar nunca acierta a la realidad, y ese es su objetivo. El azar modifica la forma en que vemos el mundo ―nuestro hermoso y brutal caos―, su fin es lo inesperado: nuestra incertidumbre ante el desorden del universo del cual somos una pequeña partícula. Polvo y materia orgánica en constante evolución.

La margarita que la niña ha deshojado ha quedado desnuda. El corazón de la margarita se parece al corazón de los hombres cuando, después de un largo viaje hacia la soledad, solo pueden ver que el tiempo sigue pasando y que no se detendrá. Einstein también vio pasar el tiempo de forma relativa, no deshojó una margarita, usó unos dados que siguen rebotando en algún lugar (en el video que acompaña la letra de esta canción se puede ver como un pez de la zona abisal se come los dados del genio de la relatividad en un anzuelo).

Aves multicolores de tres cabezas, soles con caras, manos revoloteando, hombres con cabezas de focos, tubos de colores, un periscopio con un ojo, nubes de diamantes, arlequines, llantas con alas, un borracho que se asemeja a Van Gogh y que toma aguardiente de color azul, del cual sacará los colores para pintar todos los girasoles del mundo, el Memorial Nacional Monte Rushmore de Dakota del Sur caricaturizado, el barril de El Chavo del Ocho, aviones de la Segunda Guerra Mundial en un depósito de chatarra, un fragmento de la pared blanca del magistral The Wall de Pink Floyd, un joker, peces de colores que se comen al más pequeño (un sátira de cómo el capitalismo nos ha estado comiendo en silencio a través de la chatarra de objetos que nos han facilitado y embrutecido todos los días), focos multicolores, ríos de lava de un volcán, líderes autoritarios, las imágenes en caricatura de la vida inglesa retratada por Martin Parr, el genio de la fotografía de la Agencia Magnum, dragones, monstruos de las profundidades de los mares, el Taj Majal en un retablo, elefantes de 500 ojos, las pirámides de Egipto, Templos de Japón,  el Buda, China y los Templos de la Ciudad Prohibida, Londres y el Támesis, El Parlamento británico y el Puente de la Torre levadizo,  la Torre del Big Ben, El Pensador de Rodín en un automóvil clásico, el submarino amarillo de Los Beatles, un gato egipcio sicodélico, las babushkas rusas, remolinos de colores, nubes tristes, máquinas de juego aventando monedas como retrato de la sociedad consumista en que vivimos, laringe, esófago, un corazón de rojo intenso latiendo desesperado como el mío, por ti, como el de todos los que aman, el sombrero de Churchill, la India, la flor de loto, la reencarnación, Shiva, un ovni y sus tripulantes viajando alrededor del mundo para comprobar la desgracia del ser humano.

All around the world incluida en el disco Be Here Now (1998) se comenzó a gestar a principios de 1990, y no fue hasta 1996 que Noel Gallagher logró terminarla. Mi debilidad por esta canción de Oasis radica en lo impactante que resulta visualmente. La canción dura 9:20 minutos, una locura en estos tiempos, pero la banda británica supo mantener in crescendo toda la plenitud de esta maravilla. El inicio suave con imágenes antes descritas, sugiere una fuerte influencia de Los Beatles, en específico, de dos canciones, de Hey Jude y de Yellow Submarine. De la primera en el coro sublime de na-na-na, y de la segunda, del diseño mismo del video.  Tonight, Tonight de The Smashing Pumkins, es otra canción que encuentra su origen en la propuesta del cuarteto de Liverpool. En All around the world es inescrutable la noche amarga sin límite, todo se vuelve recuerdo, el ruido de la voz es lo único deslumbrante. Para mí, tu corazón, es la única vuelta alrededor del mundo donde he perdido todo mi orgullo.