El Arcón de Hipatia
Por. Saraí Aguilar
En el marco del Día del Amor o San Valentín, tal parece que entre corazones, flores y chocolates, la dulzura y el romance prevalecen en el aire.
No obstante, nada es más alejado de la realidad los 364 días restantes, donde el amor se diluye y en su lugar quedan golpes, frases hirientes y otros tipos de maltrato.
Y no se trata de simples palabras dichas al aire o con un dejo de despecho. Las cifras nacionales así lo corroboran.
Por violencia de pareja se considera a los actos abusivos de poder u omisiones intencionales que pretendan dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica o sexual a las mujeres. Esta violencia se suele perpetrar por personas con quienes las mujeres han tenido una relación de matrimonio, concubinato o incluso una relación de hecho
En México, más de 18 millones de mujeres han sufrido violencia en pareja, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh-2021) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); además, el ejercicio estadístico muestra que la violencia psicológica es la más experimentada entre las mexicanas de 15 años o más.
La reciente publicación de la Endireh pone en evidencia que la violencia en pareja contra las mujeres es persistente, ya sea en su actual relación o la última. Entre octubre de 2020 y octubre de 2021, esta situación afectó a 18 millones 872 mil 700 mujeres.
Para expertos en la materia, es importante señalar en publicaciones que la violencia de pareja contra las mujeres es un importante problema de salud pública, de derechos humanos y justicia social. Tanto por su frecuencia como por sus consecuencias para la salud de las mujeres.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía 2019, presentados en Milenio, cuando los cadáveres de mujeres mexicanas asesinadas han sido intervenidos por médicos legistas y han podido identificar el vínculo del homicida con ellas, ha resultado que, en cuatro de cada 10 casos el asesino era su pareja. Asimismo, cuando se establece el tipo de entorno familiar que tenían las mujeres asesinadas resultó que en 60 por ciento de los casos padecían violencia familiar. En promedio, durante los últimos 27 años (cifras hasta 2017), 40 por ciento de los homicidios contra mujeres ocurrió en su hogar, de acuerdo con el Inegi.
El amor no debe matar. No debe doler, no debe herir. No son solo palabras bonitas o motivacionales. Son hechos que se han desvirtuado con la idealización de amores tóxicos. Con relaciones de dominio donde se romantiza la celotipia, es necesario concientizar que romper mecanismos de control enfermizo e incluso los golpes. Algo debe quedar claro: los amores que matan… no son amores.