México.- Según diversos estudios realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se calcula que 6.7 millones de mexicanos mayores de 15 años no saben leer ni escribir.
Por ello, y ante los resultados insuficientes de las estrategias gubernamentales para abatir el analfabetismo, se requieren políticas que atiendan la gravedad del problema que afecta, principalmente, a mujeres y comunidades indígenas, recomendó Patricia Ducoing Watty, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM.
“Lo más lamentable es que cerca de medio millón de jóvenes de entre 15 y 24 años, tengan esta carencia en pleno siglo XXI. En el mundo existen 100 millones de analfabetas. Después del África Subsahariana, Asia del Sur y del Oeste y las naciones árabes, América Latina es una de las regiones con mayor población en esta condición. Aún es un rezago pendiente”.
Estrategia integral
En el país debe constituir una prioridad de la agenda nacional. Los gobiernos estatales y municipales deben focalizar políticas y programas que atiendan a los grupos en situación de pobreza: mujeres, indígenas, jóvenes entre 15 y 24 años y población desplazada por la violencia.
Según la investigadora, en el territorio nacional, seis de cada 100 hombres y ocho de cada 100 mujeres son analfabetos, lo que demuestra la segregación de género. En ciertos ámbitos sociales persiste la idea de que no es necesario que las niñas asistan a la escuela, porque deben encargarse de las tareas domésticas.
“El esquema debe atender, principalmente, a los grupos poblacionales referidos en las regiones centro y sureste, donde se localizan los estados que presentan el rezago educativo más significativo. En las comunidades indígenas, a la par de enseñar español, deben rescatarse las lenguas de las etnias”.
Ducoing Watty subrayó que además de abatir el analfabetismo, los programas deben erradicar la deserción escolar para cumplir el mandato constitucional que establece la obligatoriedad de la educación secundaria y el bachillerato, además de garantizar la equidad de género en todos los niveles instructivos.
“De no alcanzar el tercer grado de formación básica, las capacidades de leer y escribir pueden perderse. Si no escolarizamos a los niños y adolescentes, más tarde formarán parte de los grupos analfabetas del país”, advirtió.
Para ella, los distintos niveles de gobierno deben ubicar a los grupos más vulnerables y diseñar estrategias para alfabetizarlos y escolarizarlos, con sustento en el derecho de la población en este ámbito. BP