Analizan desde la UdeC la inclusión de la comunidad LGBT en el deporte

En el Conversatorio “Inclusión de la comunidad LGBT en el deporte: Actualidad y retos venideros”, organizado de manera virtual por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Colima, y en el marco del Día Internacional contra la LGBTfobia en el Deporte, investigadores de México y España analizaron las causas de la discriminación hacia personas de la comunidad LGBT en el ámbito deportivo y abordaron los desafíos que enfrentan las personas trans en este contexto.

Hussein Muñoz Helú, director del Centro Lince de Estudios Olímpicos de la Universidad Autónoma de Occidente; María José Martínez Patiño, directora del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Vigo, y María Luisa Rico Gómez, directora del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Alicante, coincidieron en que, si bien existen reglamentos y leyes que garantizan un trato digno a la comunidad LGBT en el deporte, la discriminación persiste en escuelas y centros de entrenamiento.

Entonces, ¿qué está pasando?, cuestionaron los investigadores. Señalaron que, mientras las leyes y reglamentos avanzan en favor de la inclusión, la sociedad parece seguir un camino distinto. A pesar de las campañas que promueven el respeto, no solo hacia la comunidad LGBT, sino también hacia las personas con discapacidad, la discriminación persiste. Ante esta situación, plantearon una reflexión clave: ¿desde dónde debe darse la discusión y en qué espacios deben generarse los verdaderos cambios?

La inclusión, comentó Hussein Muñoz “no se trata solo de un espacio físico en el que se les reciba, sino del respeto a los derechos humanos”, porque “como profesores de educación física presumimos que la clase de educación física es el espacio más deseado por las y los niños y adolescentes; sin embargo, hay estudios que dicen que para quienes pertenecen a la comunidad LGBT, es el espacio más cruel y donde más se les juzga y critica”.

¿Desde dónde se debe comenzar a trabajar?

Las investigadoras y el investigador señalaron que existen dos instancias clave para generar cambios: las instituciones educativas y los comités deportivos, tanto a nivel estatal como municipal y el Consejo Internacional del Deporte. Destacaron que estos espacios son necesarios, ya que desde ahí se promueven valores y se establecen normas de convivencia que pueden favorecer la inclusión.

“Creo que estamos en un momento donde hay que afianzar y tener la seguridad de que no se ha perdido lo que hemos avanzado. Hay decisiones que se toman en cada momento histórico y de las cuales no hay vuelta atrás. Hoy, en el deporte tenemos más apertura y eso no tenemos que perderlo”, dijo María José Martínez Patiño.

En este sentido, María Luisa Rico comentó: “Tenemos que pensar que podemos nutrirnos de conocimiento, pero si hablamos de valores en el deporte, entonces tenemos que comenzar con el respeto y la empatía, porque son pilares básicos para que podamos charlar y mantener un diálogo entre los países y las culturas”.

Las investigadoras destacaron que el deporte no solo es una disciplina, sino también un pilar fundamental para la salud mental. “No es solo una materia, sino una actividad que impacta directamente en el bienestar emocional”, señalaron.

En este sentido, advirtieron que la discriminación por orientación sexual lleva a muchas personas a abandonar la práctica deportiva, lo que agrava el problema. María Luisa Rico Gómez subrayó la importancia de visibilizar estos casos, ya que solo el 1% de las situaciones de discriminación son denunciadas.

Una investigación del catedrático de la Universidad de Valencia Pepe Devís sobre su experiencia del colectivo LGTB, indica que “el 46% de las personas hace visible su educación afectivo sexual e identidad de género, el 70% considera que en el deporte existe un problema muy grave de homofobia, el 80% ha tenido insultos verbales y discriminación, y el 89.5% indica que hay un grave problema. Estamos hablando de una investigación con académicos europeos, imaginen lo que ocurren en otros países. Somos incapaces de respetarnos. Debemos intentar ser un espejo de los países que no han iniciado este proceso de reconocimiento” dijo Martínez Patiño.

Por ello, enfatizó la importancia de formar a las nuevas generaciones, quienes en el futuro serán los responsables de educar a los profesionales del mañana. “Debemos enseñarles que el deporte debe disfrutarse y que cada persona merece ser reconocida sin restricciones ni prejuicios por parte de sus compañeros. ¿Qué necesidad tenemos de causar daño o dolor? A lo largo de la historia, hemos generado sufrimiento de manera innecesaria y luego lo replicamos a nivel individual. Todos debemos trabajar juntos por la igualdad y la justicia social. Es fundamental implementar políticas y prácticas que no solo reconozcan, sino que también respeten la diversidad”.

Integración de personas trans en el deporte olímpico

Para María José Martínez Patiño, directora del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Vigo, el tema es complejo. “Cuando hablamos de categorías varonil y femenil, debemos ser muy claros. El principal problema en el deporte trans ha surgido, en gran medida, de los procesos de transición entre hombres y mujeres. Hemos intentado avanzar demasiado rápido e implementar cambios que, en algunos casos, no estaban alineados con la ética del deporte”.

Para la investigadora, todos los avances que se habían comenzado a dar desde 1990 hasta la actualidad, se han venido abajo al intentar forzar la inclusión de personas trans. “En este momento hay una corriente de pensamiento ideológico, político, social y cultural que hace muy complicada la interacción del deporte trans en el deporte de alto nivel por varios motivos, pero el principal es por un tema de rendimiento deportivo”.

“El musculo tiene memoria -continuo- yo no puedo competir hoy como hombre y el miércoles pretender participar como mujer, por mucho cambio psicológico o de como yo me sienta”. Este tipo de pensamiento, dijo la académica, lo único que ha generado es que el camino que habían hecho para la integración de las personas trans en el deporte, sobre todo en el femenino, lo echaron abajo.

“Debemos ser coherentes con nuestras acciones, porque de lo contrario estaríamos yendo en contra de la lucha que han librado las mujeres en el deporte femenil para alcanzar el reconocimiento que hoy tienen. Es fundamental mantener coherencia en nuestras actitudes. Si existe una ventaja deportiva desproporcionada, las estructuras deportivas tomarán medidas para evitarla por completo. Cada persona tiene derecho a sentirse y expresarse como desee, pero el tema del deporte trans es extremadamente complejo y, me atrevería a decir, de difícil solución”, concluyó.