Jesús Otoniel Sosa Rodríguez, profesor-investigador de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad de Colima, campus Manzanillo, presentó una síntesis de su tesis doctoral “Configuración de espacios turísticos LGBT+ friendly, caso Puerto Vallarta, Jalisco, México”, en el “Décimo Seminario Conversando con los Expertos 2022”, que fue organizado por la Secretaría de Turismo a nivel federal.
En entrevista, explicó que el objetivo principal de su investigación fue analizar el proceso de configuración del espacio turístico LGBT+ friendly a través de las prácticas sociales y relaciones que sostienen los diferentes actores que participan en el fenómeno del turismo en Puerto Vallarta.
El investigador define al turismo LGBT+ como “la práctica social que implica un desplazamiento del lugar habitual de vivienda a un destino turístico, realizada por sujetos de la comunidad LGBT+, en espacios públicos o privados determinados por estructuras sociales (gobiernos, organizaciones, sector privado); dichos sujetos realizan actividades turísticas inherentes al destino turístico y generan interacciones con la comunidad receptora: prestadores de servicios y otros visitantes”.
Dijo que este segmento de la población, la población LGBT+, se ha caracterizado por tener ingresos económicos altos; “es lo que llama la atención, más que el proceso de respeto e inclusión; en promedio se dice que un turista tradicional llega a gastar entre 600 y 700 dólares en una estancia, mientras que un turista de la comunidad LGBT+ llega a gastar mil 600 dólares en una estancia turística; esto es, duplica o casi triplica los ingresos de un turista tradicional”.
Agregó que esto llamó la atención del gobierno federal, y en 2014 el Senado de la República instó a la Secretaría de Turismo Federal para que promoviera este segmento a nivel internacional en nuestro país; “por ejemplo, Puerto Vallarta, la cuna del turismo gay en México, ha existido desde los años 60, pero no se le daba ni la promoción ni el reconocimiento como tal, fue hasta el 2015 que se le reconoce esto a la población LGBT+, a la cual se le tuvo que prestar atención y encaminar acciones para generarles productos turísticos”.
Recordó que los estados que decidieron participar en esta iniciativa son: Puerto Vallarta, Oaxaca, Ciudad de México, Cancún, Morelos, Guerrero, Veracruz y Oaxaca. En estos lugares se crearon productos turísticos para dicho segmento; “al crearlos, lo que se hace es atraer al turista y decirle que está en un espacio libre, porque generan marcos normativos para su respeto e inclusión”.
Otoniel Sosa aclaró que estas adecuaciones no significan que los heterosexuales no puedan asistir; “lo que ocurre es que la capacitación en estos espacios está enfocada en conocer a los clientes o turistas de esta naturaleza: cómo llamarles, cómo tratarlos, sus gustos, qué atenciones necesitan, pero sobre todo, ofrecerles un marco de respeto y de inclusión; la garantía es que no se van a sentir amenazados ni amenazadas por mostrar sus preferencias sexuales o su identidad de género”.
Informó que existen certificaciones para lograr, como Estado o como empresa, atender el segmento LGBT+; “pareciera algo sencillo, pero al momento de incluirlos o incluirlas podemos incluso discriminar a otras áreas; hay que tener mucho cuidado en procesos de inclusión, de no discriminar a nadie, por eso se requiere capacitación, y lo que hacen algunos organismos certificadores es capacitar y orientar, en términos legales, de mercadotecnia, y sobre todo en sensibilizar a la comunidad en general y a las personas que atienden a los y las turistas para darles una trato digno y respetuoso”.
En conclusión, comentó que la configuración del espacio turístico LGBT friendly (amistoso) tiene como base las prácticas afectivas, amorosas, sexuales y turísticas que realizan personas nacionales o extranjeras de la comunidad LGBT+, particularmente los gays.
Otro tema importante es la creación de infraestructura y espacios especializados (hoteles, villas, bares, restaurante, discotecas, saunas, spas, cruceros) para atender a turistas y residentes LGBT+. Explica que en Vallarta se alteró “el orden social heteronormativo” con estas adecuaciones, sobre todo con el uso de espacios públicos como el malecón, las calles, plazas y playas por ñarte de la comunidad LGBT+”.
El tema es importante, comentó, “porque la estrategia de las y los empresarios para atender a turistas y residentes LGBT+ en la zona romántica es una maniobra que ha permitido su incursión en las relaciones de poder para transformar las relaciones sociales que se han construido socio-históricamente en contra de una comunidad (la población homosexual), que hasta el 17 de mayo de 1990 fuera considerada como enferma mental porque alteraba el orden sociosexual establecido”.
Finalmente, manifestó que la configuración del espacio estudiado “no ha llegado a un puerto de desembarque definitivo; navega y dirime tormentas sociales que se luchan día a día en un contexto socio-histórico que reconstruye o construye el orden social occidental con base en las resistencias ganadas, pero que aún dista de ganar en contra de la violencia y discriminación que sufre la comunidad LGBT+”.
Este trabajo fue presentado por el Dr. Jesús Otoniel Sosa, en días pasados, en el “Décimo Seminario conversando con los expertos 2022”, organizado por la Secretaría de Turismo a nivel federal.