Colima.- A las 17:00 horas los antimotines estatales abordaron sus camionetas y descendieron a las instalaciones de Ciapacov en el manantial de Zacualpan, al frente iba un vehículo blindado todo terreno.
Casi 100 elementos de la Policía Estatal Acreditable y Procuraduría General de Justicia del Estado, realizaron el operativo para recuperar las instalaciones; portaban toletes, escudos de acrílico, cascos, la mitad estaba uniformada y el resto vestía de civil.
Previo a esta acción el secretario general de Gobierno, Rogelio Rueda Sánchez, se entrevistó con los comuneros en el lugar y les ofreció un diálogo fuera de ese lugar: propuso la Casa de Gobierno, pero los comuneros pidieron que se les atendiera en el sitio, lugar donde está el problema.
Luego de esto, la autoridad procedió a ordenar a los elementos de Seguridad para desalojar a los indígenas que desde las 06:30 horas de este jueves tomaron las instalaciones de Ciapacov, en protesta por las múltiples evasivas de las instancias de Gobierno para reconocer su derecho a decidir que no se instale ninguna mina en su territorio.
Cerca, 100 metros antes, los policías antimotines bajaron de sus vehículos y se formaron en filas de tres y escudados por el vehículo todo terreno avanzaron; tenían la orden del secretario de Seguridad Pública, Raúl Pinedo, de no golpear a nadie. El funcionario los envió y esperó arriba a borde de carretera. Lo acompañaba el procurador del estado, Marcos Santana.
En ese momento, las mujeres y niños indígenas en su mayoría, estaban afuera de las instalaciones de Ciapacov. Sólo mantenían cerrado el cancel, sin cadena y sin candado.
Las mujeres y niños no se movieron, pusieron su cartulinas de denuncia en el pecho y se plantaron frente a los policías estatales.
«Fórmense frente a ellos y avancen», fue la orden del policía a cargo. Sus subordinados obedecieron. Avanzaron y poco pudieron hacer las mujeres y niños y algunos hombres que estaban apostados frente a los uniformados.
El operativo no pasó a mayores y salvo algunas indígenas que permanecían al interior, fueron tomadas de los brazos por mujeres policías y sacadas del lugar.
Los antimotines tomaron el lugar, hicieron un recorrido, pusieron a funcionar las bombas que abastecen de agua a la Zona Metropolitana Colima – Villa de Álvarez y se formaron frente a la cerca que protege el lugar, en tanto las mujeres indígenas recriminaban el hecho y les gritaban que era una injusticia que ellos defiendan el agua que todos en Colima consumen y en lugar de darles respuestas los traten así.
